Inicio Venezuela Aquilino José Mata: Sofía Imber tuvo una vida estelar

Aquilino José Mata: Sofía Imber tuvo una vida estelar

El 8 de mayo de 1924 Sofía Ímber vio luz por primera vez. Eso fue en una localidad de Moldavia llamada Soroca. Sus padres, Naum Ímber y Ana Barú, decidieron emigrar huyendo de los bolcheviques y en busca de mejores condiciones económicas. De esa manera, arribó a Venezuela cuando apenas contaba con 6 años de edad.

Desde entonces se mostró como una aventajada estudiante. No quería desaprovechar el esfuerzo de sus padres por brindarle, a ella y a su hermana mayor, Lya (la primera mujer en obtener el título de médico en nuestro país) la mejor educación, que inició en el Colegio José Enrique Rodó.

El bachillerato lo cursó en el Liceo Fermín Toro y luego ingresó a la Universidad de Los Andes, donde comienzó a estudiar Medicina, pero luego de tres años, descubre que su verdadera pasión es el periodismo, por lo que regresa a Caracas para cumplir su sueño.

En los años 40, ya casada con el escritor Guillermo Meneses, se gradúa de periodista y escribe en los diarios El Nacional, Últimas Noticias y 2001, así como en revistas como Élite, Momento y Kena.

La unión con Guillermo Meneses se produjo en 1944 y como fruto de su matrimonio nacieron sus hijos Sarah, Adriana, Daniela y Pedro Guillermo.

En 1946 se muda a Bogotá para prestar sus servicios en la revista Sábado, dirigida por Plinio Apuleyo Mendoza.

En la década de los cincuenta se traslada a Francia y luego a Bélgica, en la época en que Meneses era miembro del servicio diplomático. Se codearse con la intelectualidad y con los artistas venezolanos que conformaron el grupo “Los disidentes”.

Trayectoria televisiva

De Meneses se divorcia y contrae segundas nupcias con el periodista Carlos Rangel, con quien inicia un nuevo ciclo profesional, con el programa de televisión “Buenos Días”, en Radio Caracas TV, a partir de 1968. Este programa marcó pauta en la pantalla chica y se mantuvo al aire durante veinte años en diversos canales nacionales. Más tarde, en 1976, vendrían “Sólo para adultos”, “Sólo con Sofía” y “La Venezuela posible”, en 1991. En 1995 volvió a la televisión para producir y conducir “Sofía”, por CMT.

En 1971 publicó su columna en El Nacional, “Yo, la intransigente”, que luego devino en un libro. No se puede reseñar su labor periodística sin hacer mención de su trabajo en el diario El Universal, donde dirigió las páginas culturales entre 1975 y 1996. Una labor que desempeñó en paralelo a la dirección del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.
El museo: su gran obra

En 1973 concreta la que será tal vez su más significativa obra: el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, a cuya cabeza se mantiene hasta el 29 de enero de 2001, cuando el entonces presidente, Hugo Chávez pone fin a 28 años de excelente labor museística.

Bajo su égida, el Macc se transformó en la institución de su tipo más importante de Latinoamérica, permitiendo su labor gerencial que este espacio se convirtiera en cuna de una colección importantísima, que incluye obras de Picasso, Matisse, Segal, Moore, Rivers, Botero, Reverón y Vigas, entre otros.

Su salida del museo fue indudablemente una de las experiencias más duras que le tocó vivir, como llegó a confesar. En esa fecha también el Museo cambió de nombre. Por decreto de la Gobernación del Distrito Federal del 27 de junio de 1990, la institución había pasado a llamarse Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Ímber. El gobierno chavista destornilló las letras de su apelativo, que desde hacía 11 años brillaban en la fachada del lugar.

Su encomiable labor la ha hecho merecedora de innumerables reconocimientos nacionales e internacionales. Fue la primera mujer en obtener el Premio Nacional de Periodismo, en 1971.

Otro tipo de reconocimiento fue el que le tributó la Universidad Católica Andrés Bello, al crear la Sala de Investigación Sofía Imber y Carlos Rangel. Esa casa de estudios también abrió la cátedra de periodismo Sofía Imber y digitalizó todas las entrevistas que ella y Rangel realizaron en su programa “Buenos Días”.
Tal vez como en un gesto de reciprocidad, Sofía donó su biblioteca, conformada por 14 mil ejemplares compuestos por libros y catálogos, entre otros documentos, a dicha Universidad.

Ahora, con su muerte, quedará en el recuerdo perenne como uno de los más valiosos iconos culturales de Venezuela. Sus restos están siendo velados en la capilla dos del Cementerio del Este y el acto de sepelio se llevará a cabo este miércoles a las 10 de la mañana.

Aquilino José Mata/ EDC

PS