Inicio Venezuela Banqueros encarcelados en Vietnam: ¿campaña anticorrupción o purga política?

Banqueros encarcelados en Vietnam: ¿campaña anticorrupción o purga política?

El último gran ejecutivo en caer ha sido Pham Cong Dahn, sentenciado el lunes a veinte años de presidio por «violar de manera deliberada las regulaciones estatales sobre gestión económica» cuando era presidente de la entidad Vietnam Construction Bank.

A Dahn le acompañarán su exdirector ejecutivo, Phan Thanh Mai, castigado con diez años, y otros 44 altos cargos de la entidad que pasarán entre dos y diez años entre rejas por ser considerados cómplices de delitos que causaron daños por valor de 6,1 billones de dong (262 millones de dólares o 226 millones de euros) a la entidad e impactaron al sistema bancario nacional.

Es la segunda pena de Danh, que ya fue condenado en 2016 por un caso de corrupción bancaria y deberá pasar en total 30 años entre rejas.

La historia personal de este ejecutivo refleja el fabuloso crecimiento económico de Vietnam en las dos últimas décadas y su reverso oscuro en forma de corrupción: antiguo vendedor de baldosas en su región natal del delta del Mekong, hizo fortuna en pocos años en el negocio de la construcción y en 2012 compró un pequeño banco que renombró como Vietnam Construction Bank.

A través de esta entidad y con la colaboración de sus directivos y de ejecutivos de otros bancos, urdió un plan para que él y sus cómplices se enriquecieran con préstamos que nunca fueron devueltos y que terminaron hundiendo al Vietnam Construction Bank, recomprado por el Banco Central de Vietnam por 0 dólares.

Dahn ha corrido mejor suerte que Nguyen Xuan Son, antiguo director general del OceanBank (parcialmente estatal), condenado a muerte en 2016 por malversación, abuso de poder y mala gestión en un fraude de millones de dólares en préstamos ilegales.

El escándalo del OceanBank también propició la primera condena de cárcel de un miembro del comité central del Partido Comunista: Dinh La Thang, expresidente de la empresa estatal PetroVietnam, acusado de incumplir «deliberadamente» la ley cuando invirtió 800.000 millones de dongs (34,5 millones de dólares o 29,7 millones de euros) en la entidad.

La caída del gerifalte comunista convenció a miembros del Partido del alcance de la campaña emprendida en 2016 por su secretario general, Nguyen Phu Trong, un marxista ortodoxo de 74 años cercano a Pekín.

Desde que alcanzó en enero de 2016 el liderazgo del partido (el puesto con más poder de Vietnam, por encima del presidente de la República y del primer ministro) Trong ha reiterado su compromiso en la lucha contra el fraude.

El líder comunista ha exigido agilizar el procesamiento de los casos más prominentes y ha instado a los altos cargos del Partido a que lleven una vida alejada de los lujos en los que muchos estaban instalados.

Según estadísticas del periódico VnExpress, el pasado año fueron condenados 73 individuos por corrupción en Vietnam.

Tres de ellos recibieron la pena capital y otros tres la cadena perpetua.

Sin embargo, pese a la dureza de las penas, algunos analistas ven en esta campaña una expresión de la guerra soterrada entre las dos facciones del partido: la de Trong, partidaria de mantener la cercanía con China, y la que defiende un mayor acercamiento a EEUU, encarnada por el exprimer ministro Nguyen Tan Dung, apartado de la vida pública desde su fallido intento de liderar el partido en 2016.

«La campaña antifraude liderada por Trong es percibida, al menos en parte, como política. Apunta en su mayoría a aquellos que estaban cerca del antiguo primer ministro», opinaba el analista Xuan Loc Doan en el portal Asia Times, crítico con el régimen de Hanoi.

Vietnam figura en el puesto 107 de 176 en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional.

EFE/ FR