Inicio Venezuela Caminando En 360… Ruta Gastronómica: Pastelería La Ducal

Caminando En 360… Ruta Gastronómica: Pastelería La Ducal

Entre el boulevard de Sabana Grande, en la segunda calle de Bello Monte, se mantiene presente la tradición pastelera del señor Giovanni Greggio. Quien el 31 de mayo de 1958 fundó la pastelería La Ducal. La tradición la han mantenido tres generaciones: Giovanni, Ennio y Maurizio Greggio se han esforzado durante 60 años para mantener la tradición y la calidad.

Estando en Italia, don Giovanni y su familia no sabían hacia cuál país podían migrar. Tenían dos opciones: Argentina o Venezuela. Por algunos inconvenientes al arreglar los papeles para irse a Argentina cayeron en el Caribe, aunque preferían irse al sur.

Fue en 1953, en plena dictadura de Marcos Pérez Jiménez, cuando se instalaron en Caracas y nunca se fueron. Don Giovanni puso en práctica su oficio de pastelero en varias pastelerías famosas en Caracas, algunas de ellas “Las Nieves” y “Las Flores”. Pero él quería tener su propio negocio. Así que fundó la pastelería La Ducal, su nombre inspirado en el Palazzo Ducale, un edificio icónico en Venecia.

La pastelería ha sido testigo de innumerables transformaciones en Sabana Grande, desde el funcionamiento del Metro de Caracas hasta el cambio de nombre de algunas calles, aunque La Ducal se mantiene intacta desde hace 60 años. Las milhojas, los profiteroles, la pasta seca de almendras y los dulces pequeñitos se han convertido en lo predilecto para quien visita la pastelería. Aunque sus especialidades son los postres italianos y la bombonería: En Pascua hacen huevos de chocolate, Colomba y Pasttiera; en el día de San José, zeppoles; en Navidad, el famoso panettone y el pan de jamón.

Maurizio lamenta la crisis que se vive en el país, pero es fiel creyente que aún queda mucho por dar. Con un sentido de pertenencia increíble la familia Greggio se enamoró totalmente de Caracas. Maurizio recuerda y se reconecta a través de fotos con la antigua Caracas. Hacer lo que le gusta, la pasión y el cariño al hacer cada uno de sus dulces es la combinación perfecta para mantener una tradición familiar. “Así se hagan cuatro tipos de dulces, hay que hacerlos de la mejor manera, mantener la calidad. Es difícil, porque no podemos hacer la misma variedad de antes, pero siempre mantenemos la calidad, es lo primordial”.

Al visitar la pastelería se reconecta con la Caracas de antes, a través de fotografías que exhibe la pastelería. Maurizio mantiene la calidad y el sabor que se ha tenido en 60 años.

Sofía Torres