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Cremación de Oscar Pérez y rebeldes: De los hornos de Hitler a los hornos de Maduro

Al momento de redactar estas líneas, el ambiente en la morgue de Bello Monte en relación con la negativa del gobierno en entregar los cuerpos de Oscar Pérez y el resto del grupo rebelde que perdió la vida en la masacre de El Junquito el 15-1-2018, o sea, hace más de 72 horas, revelan que algo no anda bien en el conjunto de las decisiones del madurismo.

Y por qué ocurre semejante retraso en la entrega de los occisos, sí según versiones de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, por citar quienes en la praxis controlan la fuerza armada y los cuerpos policiales del país, hablaron de que los insurgentes habrían disparado contra los cuerpos de seguridad del Estado, razón por la cual, los «terroristas», como han sido llamados por la cúpula que controla el poder político en Venezuela, fueron abatidos en un enfrentamiento, es decir, deberían tener los orificios de entrada de las balas por cualquier parte, con excepción de la espalda o columna vertebral, así como zona posterior de la cabeza.

No obstante, a pesar de tal versión oficial, al parecer el gobierno estaría decidiendo en cremar los cuerpos tanto de Oscar Pérez como del resto de las víctimas, sin la debida autorización familiar conforme lo exigen las leyes de la república, que de llegar a ser cierta tal posibilidad sería muy sospechoso, no sólo porque dejaría en evidencia que se pretende ocultar parte de la verdad, o toda la verdad sobre el cómo perdieron la vida los rebeldes, sino que la cúpula madurista dejaría en evidencia que su conducta aplicaría los cánones más perversos del nazismo como lo sucedido con Los Hornos de Hitler, aquel libro escrito por Olga Lengyel que narró los horrores cometidos por el régimen totalitario en Auschwitz, al quemar a muchas de sus víctimas.

¿Y en qué nos basamos para afirmar lo anterior? Porque Hitler terminaba por liquidar a sus enemigos o adversos sin la presencia de ninguna autoridad jurídica que pudiera certificar la existencia de los cadáveres ni las causas de sus muertes. Allí solo se aplicaba la barbarie humana como signo inequívoco del desprecio por lo que ellos consideraban la raza que debía ser exterminada.

No en vano, Maduro afirmó posterior a la muerte de Oscar Pérez lo siguiente: «Todo el que entre por el camino del terrorismo y haga armas contra la República, tendrá la oportuna respuesta de nuestras fuerzas armadas y policiales»¹, lo cual además de representar una clara amenaza e intimidación contra quienes pudieran levantarse en su contra, incluso en una protesta social, deja en el medio de su semántica y sintaxis, que también podría ser perder la vida. Irónicamente, en sus palabras, por ninguna parte hizo mención de que se respetarían los derechos constitucionales y leyes vigentes sobre quienes pudieran incurrir en hechos de esta naturaleza ¡No! Resulta obvio que en semejante discurso se busca atemorizar con el poder del monopolio de las armas que tiene el Estado en contra de cualquier grupo insurgente, por muy pequeño que pudiera ser en su conjunto, para lo cual entendemos, bastaría ser considerado «terrorista» por quienes controlan el poder político en Miraflores o en sus instancias subalternas.

Existe un viejo refrán que nos dice: «quien no la debe no la teme»; entonces nos preguntamos: ¿Cómo es qué un gobierno hegemónico con todo el poder del Estado sobre todas sus instituciones, al parecer demuestra temeridad por entregar los cuerpos de quienes perdieron sus vidas en un «enfrentamiento» contra los cuerpos policiales y militares, sin olvidar hasta la presencia de los llamados «colectivos», al punto que el madurismo estaría buscando argucias para cremar esos cadáveres? ¿Será por tales razones que desde el momento del fallecimiento del líder y parte de grupo rebelde, no hemos visto la presencia del «fiscal» general de la República, y ni siquiera, aunque sea vía Twitter, dando una declaración sobre esas muertes?

Es por ello, que ante la negativa de tener respuestas ante tantas interrogantes, esperemos que los cuerpos de Oscar Pérez y quienes fallecieron en circunstancias que aún están muy confusas, sean entregados a sus familiares, y poder iniciar una investigación con una comisión imparcial que determine lo que efectivamente ocurrió en esa masacre.

Por ahora, sólo podemos afirmar que en el caso de que el gobierno decidiera de manera arbitraria y autoritaria, como es su naturaleza de poder, cremar el cuerpo de Oscar Pérez y los otros fallecidos que resultaron de esa operación «anti-terrorista», estaríamos en presencia del primer episodio oficial que pudiéramos definir como Los Hornos de Maduro. Verbigracia, sería la primera emulación en el siglo XXI de un gobierno con amplios rasgos neonazistas, el cual estaría tomando el ejemplo de Hitler en su concepción de pensamiento y exterminio para no dejar evidencias humanas y menos políticas de atroces acciones cometidas. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
Javier Antonio Vivas Santana

Ref: ¹ http://www.el-nacional.com/noticias/politica/maduro-hablo-sobre-enfrenta
Fuente: https://www.aporrea.org/ddhh/a258068.html