La combinación de la intensa radiación solar, la debilidad del viento, la alta humedad relativa, la disminución de las lluvias y el acortamiento entre los valores de temperatura diurna y nocturna provocan las altas sensaciones térmicas que sufre la población, explica este lunes el periódico estatal Granma.
En las últimas semanas los cubanos se quejan constantemente del calor reinante y aseguran que en este verano perciben una calidez superior a la de años anteriores, por lo que han circulado rumores sobre la eventualidad de que las temperaturas se están acercando al umbral de una «ola de calor».
Un porcentaje alto de la población no cuenta con aire acondicionado en sus viviendas debido a su alto precio (no menos de 500 dólares), en un país donde el salario promedio estatal no supera los 30 dólares mensuales, por lo que los ventiladores tradicionales son la opción más extendida para aliviar las elevadas temperaturas.
Pero según el investigador del Centro del Clima, Ramón Pérez Suárez, la insularidad de Cuba hace «sumamente improbable» que ocurra dicho fenómeno, dado que la brisa marina siempre será un factor atenuante para que no se registren escenarios climatológicos extremos.
Pérez Suárez precisó que una «ola de calor» ocurre en situaciones atmosféricas particulares de las latitudes medias y zonas continentales, cuando las temperaturas alcanzan valores por encima de los 40 grados Celsius, lo que unido a la baja humedad reinante, provocan la muerte de seres humanos por deshidratación y otras causas.
Asimismo apuntó que el concepto de «ola de calor» no solo depende del comportamiento de las temperaturas, sino también del impacto que estas ocasionan.
El especialista señaló que en junio último no se registró en Cuba ningún récord de temperatura «máxima absoluta», aunque el pasado 17 de julio los termómetros marcaron 37,3 grados Celsius en la localidad de Veguitas de la provincia oriental Granma.
A pesar de ello, estimó que el actual periodo estival en Cuba permanece dentro del rango «normal», aunque entre 1951 y el 2010 la temperatura media en la temporada de verano aumentó en 0,8 grados, lo que a su juicio confirma la tendencia hacia un clima más cálido, pero por ahora la condición insular es una protección.
EFE/ FR
