Inicio Venezuela Diosdado Cabello, el temido número dos de Venezuela

Diosdado Cabello, el temido número dos de Venezuela

Muchos pensaban que Cabello, de 55 años y con fuerte influencia en el ala militar, iba a ser el elegido. Desde ese 8 diciembre de 2012, muchos le atribuyen tensiones con Maduro, pero ambos insisten en mostrar unidad.

«Simbólicamente es el padre con los hijos. Son herederos a un mismo nivel.

La relación no puede ser fácil», aseguró a la AFP el investigador en comunicación política, Andrés Cañizalez.

Cabello, sancionado este viernes por Estados Unidos bajo acusaciones de corrupción y narcotráfico, es el vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y el garrote del chavismo contra la oposición.

Hace gala de su facilidad para el sarcasmo en su programa televisivo semanal «Con el mazo dando», donde descalifica a los dirigentes opositores: a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) le dice «La Charca» (el lodazal).

Con su acostumbrada ironía, hace poco, después de solidarizarse con otros funcionados sancionados por Washington, aseguró: «Yo protesto porque no me metieron en ninguna lista y estoy preocupado».

– «El terror de los escuálidos» –

Se le atribuye una red de informantes en todo el país a quienes llama «patriotas cooperantes» y cuyos reportes revelan conversaciones privadas y movimientos de supuestos complots de la oposición.

En un mitin, el exvicepresidente Aristóbulo Istúriz lo presentó como «el terror de los escuálidos» (opositores).

Sus adversarios lo señalan como «carcelero» del popular líder opositor Leopoldo López, bajo arrestado domiciliario.

A su programa siempre van militares activos.

Y Rocío San Miguel, experta en asuntos castrenses, le atribuye «más influencia que Maduro sobre la Fuerza Armada».

Siendo teniente del Ejército, participó en el intento de golpe de Estado liderado por Chávez, el 4 de febrero de 1992, contra el presidente Carlos Andrés Pérez.

Fue ascendido a capitán por Maduro en diciembre de 2013 junto con otros exmilitares participantes en aquella intentona.

Opositores lo describen como un personaje oscuro.

Investigaciones de medios de comunicación lo relacionan con el tráfico de drogas, a las que respondió con demandas judiciales en Venezuela y en el exterior.

Hace poco perdió una querella contra el Wall Street Journal.

– El radical –

Nació en El Furrial, en el oriental estado Monagas.

Su esposa es la ministra de Turismo, Marleny Contreras, de su misma edad, con quien tiene tres hijos.

Su padre, Adrián, era militante de Acción Democrática, uno de los partidos que dominó la política venezolana hasta la irrupción del chavismo.

«No era de los adecos de ahora, era siempre combativo, respetado», justificó una vez.

Militó en la juventud de AD y en otros movimientos antes de entrar a la Academia Militar con 19 años.

Cumplió 22 meses en prisión tras el alzamiento de 1992.

Desde ahí siguió junto a Chávez hasta que el líder socialista llegó al poder en 1999 en elecciones.

Fue vicepresidente y, tras fracasar el golpe de abril de 2002 contra Chávez, asumió como jefe de Estado durante pocas horas para devolverle el poder.

También fue gobernador del estado Miranda, ministro y director de la Comisión de Telecomunicaciones que cerró 32 emisoras radiales en 2009.

Presidió de 2012 a 2015 el Parlamento.

Dejó su cargo de diputado en 2017, en un Legislativo de mayoría opositora, para integrar la Asamblea Constituyente promovida por Maduro para acabar con violentas protestas opositoras.

Desde ese órgano ha impulsado las políticas más agresivas del oficialismo, incluidas el adelantamiento de las elecciones presidenciales del domingo y la destitución de la fiscal Luisa Ortega, chavista que rompió con Maduro.

Todas sus propuestas han sido aprobadas por aclamación por la Constituyente totalmente oficialista que rige el país con poderes absolutos.

Se jacta de ser visto como «el malo de la película» y con orgullo se declara un «chavista radical».

AFP/ FR