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El diálogo entre la arqueología y el cómic encuentra su espacio en el Louvre

«El Louvre es un gran museo arqueológico», ya que ese tipo de obras representan la mitad de su colección, pero también publica cómics, señaló a Efe el comisario de la exposición, Jean-Luc Martínez.

«Hemos puesto en valor la relación entre estas dos disciplinas», destacó Martínez al presentar una muestra que reúne un centenar de obras y junta hallazgos arqueológicos con extractos de dibujos de autores reconocidos de cómic, todos ellos inspirados por la Antigüedad, como Jul o el dibujante de cómic y cineasta Enki Bilal, considerado uno de los grandes maestros en su disciplina.

En 2012, Bilal se convirtió en el primer artista de cómic con carta blanca para presentar en el Museo del Louvre una exposición que aunaba fantasmas inventados con grandes lienzos. Ahora se recupera uno de ellos, «Hécube».

«Uno de los desafíos consiste en presentar estos cómics como verdaderas obras de arte: cómics antiguos como ‘Little Nemo’ -uno de los precursores del cómic en EE.UU.- o ‘Prince Vaillant’, pero también autores contemporáneos como Jul, muy célebre en Francia, o (Frank) Miller, el autor del cómic ‘300’», según el comisario.

Hay cuatro temáticas para este diálogo, que entre otras cosas, explica cómo el cómic se apropia, entre lo real y lo ficticio, de algunos hallazgos arqueológicos que forman parte de los fondos del Louvre.

En la Pequeña Galería se enseña tanto el gusto por la Antigüedad a partir del descubrimiento de Pompeya (1738), con una selección de 30 dibujos de Léon-Adolphe Belly, como el origen de la profesionalización de la arqueología gracias a las misiones realizadas en Grecia, Egipto u Oriente.

«Hemos querido realizar un recorrido contando historias de la forma en que los autores de cómic las cuentan.

En el Louvre sus objetos -piezas arqueológicas- también cuentan estas historias: Las de mujeres, hombres del pasado y las de aquellos que las descubrieron», concluyó Martínez.

EFE/ FR