Así lo manifestó en la sesión solemne por la conmemoración de los 198 años de independencia de la ciudad andina de Cuenca (sur), en la que dijo que la «lucha por la independencia aún continua».
«Ya no debemos liberarnos del yugo español, sino de las cadenas de la pobreza, del atraso, de las inequidades sociales, de la discriminación, de los prejuicios y también, sin duda alguna, debemos liberarnos de aquellos que aún intentan dominarnos con la prepotencia, la mentira y la corrupción», apuntó.
Advirtió que no bajarán los brazos contra la corrupción, «ahora menos que nunca. Juntos los seguiremos enfrentando con valentía, decisión, con la fuerza de la verdad y la fuerza de la justicia».
El gobernante añadió que cuenta con que los responsables de cada una de las funciones del Estado, y cada uno de los ciudadanos, hagan su parte en la lucha contra la corrupción.
«El presidente tiene la tarea de conducir, por supuesto, pero los que hacen la historia, ya lo sabemos desde hace largo rato, no son los dirigentes, son los pueblos.
Lo máximo que hacen los dirigentes es acelerar o desacelerar los procesos», comentó.
Señaló que comparte «la frustración» de quienes exigen que los castigos en los casos de corrupción «lleguen con más celeridad y de manera más estricta».
«Los casos de corrupción y abuso de poder indignan al país y a mi como su gobernante», subrayó.
Y sin mencionar nombres, indicó que «los que hoy fugan, hace menos de dos años tenían todo el poder, todos los poderes y se creían intocables.
Hoy hemos desnudado su corrupción, el país entero conoce lo que hicieron y exige que respondan por sus actos».
Distintas instituciones de control de Ecuador han iniciado una serie de investigaciones por presunta corrupción en el país y en uno de los casos que indaga el supuesto mal uso de dinero público, fugó el mes pasado Fernando Alvarado, exsecretario de Comunicación de la administración de Rafael Correa (2007-2017).
El gobernante insistió en que la lucha contra la corrupción es tarea de todos y recalcó que no desmayará en ese combate en todo en lo que al Ejecutivo le corresponda.
Criticó que quienes «jamás hicieron» nada para combatir la corrupción y que «quienes callaron, de manera casi cómplice, hoy reclamen que no se hace nada, que no se procede con mano dura».
«Les recuerdo que tenemos organismos independientes, autónomos, leyes que hay que respetar.
Estamos reinstitucionalizando el país», apuntó quien se declaró demócrata y respetuoso de las instituciones.
Y agregó: «Si yo hiciera lo que me da la gana, ya tendría en la cárcel a algunos, a varios, a muchos, pero no es así como funcionan las democracias».
«Hay procesos y tiempos legales, aunque confieso que, como muchos de ustedes, quisiera que fueran mas rápidos y que no permitieran que nadie, absolutamente nadie, quedase impune», comentó el gobernante.
Pidió a sus compatriotas denunciar los actos de corrupción y recordó que si la lucha es tarea de todos, «el cambio debe empezar por cada uno».
Moreno rememoró que antes Ecuador era un país confrontado y se congratuló de que ahora sea diferente, uno de diálogo, «de gente libre, el país del abrazo con el vecino, de la solidaridad con el amigo».
Y en esa línea, guardó silencio cuando en medio de su discurso, dos mujeres con una pancarta verde lanzaron consignas a gritos contra la minería desde el fondo de la sala, antes de abandonar el recinto.
«¿Por qué salen corriendo, por qué se llevan la tela?.
Por favor que regrese la tela, y las señoritas también, por favor», pidió muy sereno el gobernante en medio del aplauso de los asistentes.
El presidente dio la bienvenida a las mujeres cuando regresaron al salón y se sentaron junto a los otros asistentes.
«Esos tiempos ya pasaron», les dijo antes de retomar su discurso.
EFE/ FR
