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El Sínodo obispos buscará respuestas a las criticas de los jóvenes y a sus problemas

Así se lee en el «Instrumentun laboris», el documento de preparación de la XV Asamblea de los obispos que fue presentado hoy en el Vaticano y que recoge las conclusiones de la reunión presinodal que celebraron los jóvenes en el Vaticano en marzo, así como el cuestionario que podían rellenar los chicos y chicas.

El documento de una 50 paginas y 214 puntos recoge los principales problemas de la que es una cuarta parte de la población mundial, unos 1.800 millones teniendo en cuenta el grupo de edad de entre 16 y 29 años.

«En un mundo que no nos ayuda a soñar, (esta reunión) puede ser leída como una invitación a volver a desear lo imposible, a soñar por y con los jóvenes cosas en grande», explicó el secretario general del Sínodo, Lorenzo Baldisseri, durante la presentación.

El texto aborda los problemas de los jóvenes desde el acoso escolar, al racismo, a la discriminación de las mujeres o la relación con la pornografía.

También fenómenos como «hikikomori», casi desconocido en Occidente pero muy difundido en Asia y que indica el número creciente de jóvenes que deciden excluirse de la relación social y la vida pública, encerrándose en su propia habitación y relacionándose solo con un ordenador, ejemplo radical de la relación de la juventud con las nuevas tecnologías.

La falta de trabajo o las relaciones familiares también se abordarán.

Por ejemplo, se resalta la cuestión de la figura paterna, «cuya ausencia o evanescencia en algunos contextos, especialmente los de Occidente, produce ambigüedades y vacíos».

Asimismo se hablará de la cada vez mayor dificultad para relacionarse con el mundo de los adultos y «tomar decisiones», por ejemplo para «realizar un proyecto de matrimonio sin poner en riesgo la autosuficiencia económica».

«Muchos jóvenes se preguntan cómo es posible una elección definitiva en un mundo donde nada parece ser estable, ni siquiera la distinción entre verdadero y falso», se lee en el texto.

La Iglesia asume y toma conciencia de que «un gran número de jóvenes procedentes de las áreas más secularizadas no piden nada a la Iglesia porque no la consideran una interlocutora significativa para su existencia» e incluso otros «piden expresamente que les dejen en paz porque sienten su presencia molesta e incluso irritante».

Esta reacción, admite el documento, «tiene como raíz razones serias y respetables: los escándalos sexuales y económicos sobre los que los jóvenes piden a la Iglesia reforzar la tolerancia cero contra los abusos sexuales».

Los jóvenes quieren «que la Iglesia sea una institución que brille por su ejemplo, competencia, corresponsabilidad y solidez cultural» y que «compartan su situación de vida» y «no solo sean sermones».

Sobre todo, se añade, se pide a la «jerarquía eclesiástica» que la Iglesia se «transparente, acogedora, honesta, atractiva, comunicativa, accesible, alegre e interactiva».

Los participantes en este Sínodo que se celebrará del 3 al 28 de octubre en el Vaticano también debatirán sobre la petición de que la Iglesia si quiere ayudar al uso adecuado de las tecnologías tiene que «profundizar su comprensión de la tecnología».

Otro de los debates será el de cuestiones como la contracepción, el aborto, la homosexualidad, la convivencia y matrimonio, ya que tampoco los jóvenes se pusieron de acuerdo en su reunión de marzo.

Algunos grupos piden que la doctrina de la Iglesia en estos temas sea «a pesar de su impopularidad proclamada con mayor profundidad» y claridad.

También que se «afronten de manera concreta argumentos controvertidos como la homosexualidad, las temáticas del genero» ya que, admiten «los jóvenes ya discuten con libertad y sin tabúes»

Ante ello, refleja el documento, jóvenes LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) que se consideran católicos desean «beneficiarse de una mayor atención por parte de la Iglesia».

EFE/ FR