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Greenpeace protesta contra una subasta de concesiones petroleras en la Amazonía

Los militantes de la organización ecologista, vestidos con los tradicionales uniformes anaranjados de los obreros petroleros de la brasileña Petrobras, instalaron un equipo de extracción de petróleo frente a la sede en el centro de Río de Janeiro de la Agencia Nacional del Petróleo (ANP), el órgano regulador responsable por las subastas de concesiones petroleras en Brasil.

Junto al armazón metálico de extracción, los activistas llevaron a su protesta barriles de petróleo, que decoraron con mensajes como «No a la explotación petrolera en la Amazonía», «Absurdo» o «ANP, no le venda la Amazonía a las petroleras».

Además de distribuir informaciones sobre sus reivindicaciones al público que presenció su protesta, los miembros del Greenpeace pidieron una audiencia con los dirigentes del órgano regulador para exponer sus posiciones.

«Vinimos a solicitar que la ANP retire la oferta de concesiones de licencias en la Amazonía.

Explotar petróleo en la Amazonía va en contramano de los esfuerzos globales para combatir los cambios climáticos», afirmó Marcelo Laterman, uno de los directores de Greenpeace en Brasil.

El principal motivo de la protesta fue el inicio el 1 de noviembre pasado de una licitación en que la ANP ofrece concesiones petroleras en diferentes áreas del país, entre las que se incluyen 80 áreas en la Amazonía.

Según Greenpeace, muchos de las áreas ofrecidas están próximas a reservas ambientales, territorios indígenas y al arrecife de corales descubierto recientemente en el litoral norte de Brasil en el océano Atlántico.

De las 80 concesiones cuestionadas, 40, según Greenpeace, están en la selva amazónica, en su mayoría en el estado de Amazonas, y próximas a importantes reservas ambientales como Taruma y Uatuma.

«Hay concesiones sobrepuestas a territorios indígenas no delimitados, como el de los Maraguá», denunció Greenpeace en un comunicado.

«La Amazonía es hábitat de centenas de especies endémicas, entre ellas algunas amenazadas de extinción», agregó el grupo ecologista.

Según Laterman, la operaciones tan sólo para explorar petróleo en la región provocarían un fuerte impacto tanto en la selva como en las personas que la habitan.

«Pero la mayor amenaza es un posible derrame de petróleo, que contaminaría riachuelos, árboles y animales, y causaría daños irreversibles en esas regiones y comunidades», afirmó el activista.

Las otras 40 concesiones cuestionadas por Greenpeace están en la cuenca marina Pará-Maranhao, el área en donde fue descubierto el importante arrecife de corales de la Amazonía.

La organización internacional recordó que en diciembre pasado el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) le negó a la francesa Total la licencia para explotar las concesiones marinas que se adjudicó en 2013 próximas a la desembocadura del Amazonas.

«No queremos que ninguna actividad petrolífera amenace ese ecosistema, que es único en el mundo. Por eso no aceptamos que la ANP subaste más concesiones en áreas próximas al arrecife», afirmó Laterman.

EFE/ FR