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La soledad en hiperinflación

Y pensar Fritz que hice el banco de la plaza donde todos los días me siento a esperar la hija que no volvió me decía la vieja sentada en el sillón del porche, al tiempo que sus manos envejecidas artísticamente preparaban un cigarrillo que según ella, la llevaba a un tiempo que siempre soñó y nunca llego.
Al respecto el sociólogo Nelson Freites me decía que para el Venezolano la soledad es una situación terrible pues la gran mayoría desde que nacen necesitan a alguien o algo para sobrevivir, bien sea por carecer de una familia bien estructurada, con todos sus miembros en armonía o porque las instituciones desconocen los méritos académicos, me explico, Ud. es doctor en gerencia, especialista en algo, y muy bueno en ese algo, pero para entrar a una universidad o empresa grande y de renombre, lo primero que hace es buscar el amigo de, la flecha, el amigo del coronel, en fin, la palanca.
En ese sentido el padre Jesusita Alejandro Olmedo en su libro la familia popular venezolana hace una referencia sobre este tema. El plantea “que en Venezuela el sentido profundo de la experiencia de vida lo da la madre, una sociedad matriarcal dependiente, por ello es la experiencia fuerte y sin mayores complicaciones, en la práctica y experiencia eso se traduce así: primero es hijo-relación y luego se es yo. Un yo que sigue siendo hijo. No hay otra razón para que el yo marque una ruptura con el hijo. Es decir, el Venezolano popular piensa desde yo – relación hijo; no desde yo individuo, él es mío pues. La relación en el Venezolano es su conducta y su conducta es la relación, por ello, el compadre, el Migui, amiga, hermanazo, dime con quién andas y te diré…
Mientras tanto, la viejita del porche se siente abatida por su soledad, todo su mundo giró en la construcción y posesión de algo que no era ella misma, su relación, su vida era la hija que partió buscando su sueño americano, – más que hija éramos amigas me decía entre jalón y jalón- . Pero dejemos por un momento a la viejita de Cabudare, su reciente vicio, su soledad y vayamos a Dresden, una ciudad alemana donde su universidad y el departamento de psicología mostro una investigación sobre la ansiedad que es el trastorno más común en ese continente seguido por el insomnio y la depresión, y donde alude la alarma del incremento de la depresión asociadas a la soledad, ahora no como antes, añadido a la depresión sino como una enfermedad en sí misma, es decir ya hay muestras e investigación de incluir los efectos de la soledad como enfermedad, esta realidad hace en ello un alerta y generar tratamientos vinculados a la felicidad y su influencia en la salud, es decir, la soledad ya es vista como un tema de salud y se está, desde ya estudiando algunas fuentes de enfrentarlos, incluidos aspectos conectadas a la felicidad.
Ahora bien, la universidad de chicago expuso una investigación en EEUU donde muestra que de 20 mil entrevistados el 30% se ven embargados por sentimientos persistentes de soledad y cuyas consecuencias, según ese estudio, se precisa tanto en la salud mental como bienestar físico, ellos han podido demostrar su vinculación con la timidez exagerada, neurosis, abandono social, escasa relación con el sexo opuesto, menores participaciones en actos públicos y sociales, aumento de preocupaciones antes de tomar una decisión, mayor desconfianza, encierro, suicidio alcoholismo y adicciones- Pero sí de la depresión se sabe poco con respecto a todos los esfuerzos prolongados de estudio, de la soledad no se sabe nada, solo que es un estado mental que lleva a sentirse vacío por dentro y rechazado, abandonado por los demás, es una percepción de que se está solo, pues en muchos casos realmente no se está físicamente hablando.
Estos estudios científicos globales indican que el ser humano no está diseñado para estar en soledad y soporta muy mal la misma, es más dicen que toda la pasión, pensamiento y acción de muchísima gente es el resultado del impulso para evadir el aislamiento causado por la disolución del clan familiar, divorcio, separarse de relaciones toxicas, hijos, todo nace del pánico a la soledad, ya entendemos por qué el grupo de wasap, los miles grupos de wasap en su celular, la reunión con la familia los domingos, el estar todo el día pegado a las redes como si la misma fuese una persona con quien hablar amenamente.
Entonces, ¿qué hacer ante la soledad, ante el de repente me quedé solo en mi casa de mil habitaciones, ante mis amigos se fueron y quede yo debatiéndome ante una realidad de hiperinflación que no comprendo, ante los cuatro carros en el estacionamiento y no querer salir?
En el libro modos de relación en psicoterapia Gestalt, (desde esta visión de la psicología humanista a diferencia de lo anterior descrito, no es la soledad una enfermedad, ni sus efectos trastorno de personalidad, se aborda desde un proceso de adaptación ante un nuevo cambio). Lo primero es reconocer el cambio: estoy solo, saber que el cambio, y la vida de un sistema como lo decía Humberto Maturana es cambiar de manera continuada junto con el medio que cambia junto con él. Es decir, ayer estaba acompañado hoy estoy íngrimo y solo.
¿Cómo se hace? Ya reconocido la nueva realidad empezar a reconstruirse un sentido de sí mismo, de otra su propia nueva vida, empezar a armar esquemas de emotivos de patrones recurrentes a la nueva vida. Es este desenvolvimiento natural el que hacen los bebe al nacer: inician su proceso de diferenciación de necesidades a medida que sucede su crecimiento, ellos no se desgastan en saber que mejor era nacer en Chile y no en hiperinflación, no cuestionan a la mamá que le toco ni menos el padre que aún no conocen, ellos por sí mismo se adaptan al nuevo mundo, tiene intentos fallidos, lloran, patalean, en el caso de la viejita del porche se desahogan hasta que finalmente aprenden. Y luego se aprueba, se reconoce, integra su nueva realidad a su nueva personalidad, ya no es bebe, ya no es niño va cambiando, ya no estoy acompañada por, puedo disfrutar por lo momentos mi nueva condición. Y es justa esta la invitación en este extenso escrito, el de permitirse reconocer, contactar, darse cuenta de lo que vive, y experimentarlo, no bloquearlo ni desconocerlo, y es a partir de su nueva visión, de su nueva realidad donde podrá aprender a bailar con su canción y no con la que le toca. @fritzmarquez360
Fritz Marquez