Trump cedió el honor del encendido a su esposa Melania, que pulsó el interruptor después de una cuenta regresiva iniciada por el presidente y secundada por los asistentes para descubrir un árbol iluminado en verde y rojo.
«¡Feliz Navidad!», exclamó Trump después de dedicar unas palabras a aquellos afectados por los «devastadores incendios forestales, destructivos huracanes y terribles tragedias» que han azotado a EE.UU. en los últimos meses.
«Esto son los Estados Unidos. Somos los mejores del mundo y nadie está ni siquiera cerca», dijo.
Alrededor del gran Árbol Nacional de Navidad se instalaron, como es habitual, 56 árboles de tamaño menor cuyos adornos diseñaron escolares dedicados a cada uno de los 50 estados de la Unión y a los territorios, entre ellos Puerto Rico.
Antes de la ceremonia en la fría noche de Washington, donde los termómetros marcaban 1 grado centígrado, la primera dama defendió los árboles de Navidad de color rojo que mandó instalar en el interior de la Casa Blanca y que han generado cierta controversia.
«Estamos en el siglo XXI y cada uno tiene su gusto diferente. Yo creo que se ven magníficos. En vivo, se ven aún más bonitos», dijo Melania Trump a los periodistas que la acompañaban.
EFE / EKB