El subdirector regional de la Oficina de Meteorología, Bruce Gunn, alertó en rueda de prensa de que seguirán las “condiciones “excepcionales” de altas temperaturas “sin precedentes” en Queensland, donde se prevé «calor extremo hasta finales de semana.
Los fuegos obligaron ayer a evacuar a 8.000 vecinos de Gracemere, una localidad situada a unos 515 kilómetros al norte de Brisbane, quienes comenzaron hoy a retornar a sus hogares.
“Esto supone un gran alivio”, dijo la jefa del Ejecutivo de Queensland, Annastacia Palaszczuk, en la misma comparecencia retransmitida por el portal de los bomberos.
La comisionada estatal de los Servicios de Bomberos, Katarina Carroll, declaró que las condiciones no son tan “catastróficas” como el miércoles pero que sigue habiendo incendios “muy preocupantes”.
Más de 40 escuelas han sido cerradas en una jornada en la que el calor y la baja humedad obstaculizan las tareas para controlar los fuegos.
Los bomberos ordenaron la evacuación inmediata de la localidad de Winifiend, situada a unos 400 kilómetros al norte de Brisbane, debido a un «fuego impredecible» que se desplaza con rapidez.
En Baffle Creek, a 450 kilómetros al norte de Brisbane, varios vecinos se resistieron a evacuar la población y la Policía tuvo que llevarse esposado a algunos de ellos, según relató una vecina a la agencia local AAP.
La temporada de incendios en Australia varía según la zona y las condiciones meteorológicas aunque generalmente se registran entre la primavera y el verano austral.
Los más graves ocurridos en Australia en las últimas décadas sucedieron en febrero de 2009 en el estado de Victoria (sureste) y causaron 173 muertos y 414 heridos, y quemaron una superficie de 4.500 kilómetros cuadrados.
EFE / EKB
