Venezuela pasará a la historia universal como protagonista de uno de los actos de desobediencia civil más grandes del mundo, equiparable a la marcha del millón de hombres de Luther King y la marcha de la sal de Gandhi. Nuestro pueblo demostró su valor, su entrega y sobre todo su convicción democrática.
Muchos compatriotas que participaron en el evento del pasado domingo no han asumido la trascendencia de la gesta que protagonizamos. La dictadura nos prohibió toda consulta democrática donde se contabilizara la voluntad soberana, su falta de apoyo hizo que se empeñaran en impedir cualquier acto comicial.
En un acto de coraje popular los ciudadanos decidieron recuperar su voz, secuestrada junto con el derecho al voto, saliendo a plasmar su voluntad como prueba inequívoca del deseo soberano.
Frente a un CNE controlado, a un TSJ sesgado y unas Fuerzas Armadas incapaces de hacer respetar la Constitución Nacional, fueron los venezolanos los que tomaron la iniciativa de organizar una consulta popular, respaldada por la Asamblea Nacional, cuya legitimidad está recientemente afirmada, siendo el único poder no subordinado a Maduro.
El régimen tratará de minimizar nuestra gesta y no debemos permitirnos caer en la desilusión. Que siete millones de personas hayan realizado un acto de rebeldía contra la tiranía no es poca cosa, es una de los actos de desobediencia civil más grandes en la historia de la humanidad. Ese acto fue logrado sorteando todos los obstáculos que puso el gobierno.
Se aplicó la censura previa, por lo cual los medios de comunicación tradicionales invisibilizaron el proceso; la cantidad de centros soberanos fue siete veces menor a la cantidad habitual en unas elecciones; el día anterior los cuerpos de seguridad se empeñaron en amedrentar al pueblo, realizando arrestos al azar y se hicieron las tradicionales amenazas a empleados públicos, pensionados, jubilados y beneficiarios del Estado.
Todas esas maniobras, típicas del despotismo, fueron contestadas con la gallardía de nuestra gente, que colmó los centros soberanos espontáneamente, sin la logística y movilización de partidos sino con el impulso de defender la patria en su momento más oscuro. Si eres uno de los ciudadanos que manifestó su voluntad de cambio, te damos las gracias en nombre de Venezuela por ser un verdadero héroe nacional.
Leonardo Fernández
