«Está despierto y hablando con el personal del hospital, su familia y amigos, y sus doctores están muy satisfechos con su progreso», indicó hoy Jim McGrath, su portavoz, en un comunicado.
«Quiere asegurarle a todo el mundo que, por muy bien que se siente ahora, está más enfocado en que los Houston Rockets ganen a los Minesota Timberwolves que en nada de lo que lo llevó al hospital», añadió.
A Bush padre lo ingresaron en el Hospital Metodista de Houston este domingo, horas después de acudir el sábado al entierro de su esposa, la ex primera dama Barbara Bush, que falleció el pasado martes.
De acuerdo con su portavoz, lo que le ocurrió es que contrajo «una infección que se extendió a su sangre».
Bush, de 93 años y que sufre un tipo de parkinson que le impide caminar, ha sido hospitalizado en los últimos años varias veces por problemas respiratorios y también por una fractura cervical.
El año pasado estuvo ingresado en enero y en abril por problemas respiratorios.
En 2015, se rompió una vértebra del cuello en una caída, y en 2012 pasó las vacaciones navideñas en ese mismo centro hospitalario, afectado por una bronquitis y una infección vírica que lo tuvieron ingresado mes y medio.
EFE / MV
