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Ser mendigo en el verbo de un dictador

En el léxico del dictador de Venezuela solicitar ayuda humanitaria es cosa de mendigos.
Maduro ha dicho que los venezolanos no somos mendigos con el propósito de generar, entre otras cosas, y al igual que en todos los temas, un hibris en sus seguidores, o sea, mover a sus séquitos a que lo defiendan de manera impulsiva, a ultranza, y sin mediación del raciocinio.
La palabra mendigo viene del griego “petocos” cuya raíz es “petog” que literalmente significa caer en desgracia.
En el Evangelio de Lucas capítulo 16:19-21, Jesucristo menciona a dos personajes: un “petocos” llamado Lázaro (mendigo) y a un “ploisius” (palabra griega para referirse a alguien que es muy rico).
De “plousios” procede el término “plutocracia” que se usa para describir a un gobierno manejado por ricos, como es el caso de los boliburgueses en Venezuela.
En el texto que mencioné de Lucas se puede observar que Cristo reprueba al hombre opulento, no por ser adinerado, sino porque era ostentoso e indolente ante la miseria de Lázaro.
Ahora bien, ¿qué tienen que ver Lázaro y el ostentoso con Maduro, el pueblo de Venezuela y la ayuda humanitaria? Lo resumiré con las siguientes aseveraciones:
1) Los venezolanos ciertamente No somos mendigos, pero sí somos una nación caída en desgracia por la aplicación de un fracasado sistema dirigido por un grupo de sociópatas corruptos.
2) Maduro quiere impedir la entrada de ayuda humanitaria porque se haría evidente la terrible condición en la que viven millones de venezolanos que no tienen acceso a medicinas ni a alimentos. Ayer conversé con una amiga en el oriente de Venezuela que recibe únicamente curas de “crema y vendaje” al no hallar Pentoxifilina y Diosmina que es la medicación que requiere su patología para sanar.
3) No deja de sorprendernos las costosas ropas, casas, autos, banquetes y viajes que ostentan personeros del gobierno revolucionario y sus familiares ante la mirada de hambre y miseria que vive la mayoría de los venezolanos, quienes han perdido 11 kilos de peso corporal durante el último año. Los harto conocidos diosdado-maduristas son como el ostentoso que vejaba a Lázaro.
4) Catalogar de mendicidad a quien necesita ayuda humanitaria es una bajeza pues muchas naciones han requerido y recibido apoyo por razones distintas. De hecho, Cuba, tras el paso de un tornado, acaba de recibir 100 toneladas de materiales de construcción enviadas por Maduro, ¿esto significa que los cubanos son mendigos?
La historia de Lázaro y el ostentoso tiene un final justo porque Dios es el Juez. Lázaro va al cielo y el ostentoso indolente al infierno, desde donde pide ayuda humanitaria que le fue negada por el Creador debido a su maldad (Lucas 16:22-31).
La inmensa mayoría de los venezolanos estamos convencidos de la urgencia de ayuda humanitaria para nuestro país, así como deseamos la ruta planteada: el pronto cese de usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres.
Héctor Márquez