«Mientras haya conversaciones serias entre Corea del Norte y EEUU para la desnuclearización de la península y el establecimiento de la paz, creemos que debemos considerar varias vías para hacer avanzar dicho diálogo», dijo en rueda de prensa el portavoz presidencial surcoreano Kim Eui-kyeom.
Aunque el portavoz reconoció que «por el momento, aún hace falta dar con el verdadero significado e intenciones detrás de los comentarios del presidente Trump» tras la histórica cumbre que celebró con el líder norcoreano, Kim Jong-un.
El presidente surcoreano, Moon Jae-in, ha convocado para mañana una reunión del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) para discutir este tema.
Moon tendría previsto reunirse también el jueves con el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, que viaja desde Singapur a Seúl para explicar en detalle los resultados de la histórica cumbre entre Trump y Kim.
Los dos líderes firmaron al término de su cumbre una declaración en la que se comprometen a abrir una nueva era de relaciones y a establecer «una paz estable y duradera» mientras Washington brinda garantías de supervivencia al régimen y este se compromete a trabajar para la lograr la desnuclearización de la península.
Aunque ninguno de estos puntos quedó mínimamente especificado en el documento, en una rueda de prensa posterior el presidente de EEUU dijo por sorpresa que suspendería las maniobras militares conjuntas como gesto de buena voluntad hacia Corea del Norte, que los suele denunciar como un ensayo para invadir su territorio.
Los posturas de los expertos chocan con respecto a lo idóneo o no de cancelar estos juegos de guerra.
Algunos creen que su suspensión supone la mejor manera de implementar las «garantías» de supervivencia que Washington concedería al régimen norcoreano a cambio de que ponga fin a su programa nuclear.
Otros en cambio opinan que anular los ejercicios dinamita la piedra angular de la alianza militar que han mantenido EEUU y Corea del Sur desde 1945 y desequilibra la balanza geoestratégica en la región.
EFE/ FR
