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Vea de cuántas diferentes maneras puede preparar un delicioso arroz

No obstante, en su forma clásica, blanca y apenitas con dos o tres ingredientes adicionales, es como aparece en la mayoría de los hogares. Esto podría deberse a varios factores. Entre ellos, que así es sumamente delicioso, o que así es más fácil y rápido, o que el cocinero de turno no se imagina otras formas de prepararlo. La desventaja de ser repetitivo con el arroz blanco es que los comensales pueden llegar a cansarse, hasta el punto de que algunos lo aborrezcan.

Con zanahoria

Esta recopilación comienza con un clásico supersencillo. El típico arroz con zanahoria rallada ya es una variante interesante del repetitivo arroz blanco. Basta con emplear los ingredientes que podrían incluirse en una cocción básica como cebolla, ajo, mantequilla y sal, además de la hortaliza finamente rallada. El resultado es un arroz tierno, colorido y con un sabor muy rico, que presenta ciertos tonos dulzones, característicos de la zanahoria cocida.

De tomate

Una opción muy similar a la anterior que puede ser una estupenda guarnición. En los países mediterráneos y en México, el tomate y el arroz son fieles acompañantes. Basta con hacer la preparación del modo habitual, e incluir el tomate triturado como sustituto del agua de la cocción. Puede quedar uno que otro tropezón de tomate entre los granos, lo que resulta un detalle bastante agradable. Otra forma de hacerlo es añadiéndole pasta de tomate, que se puede sofreír al principio con el propio arroz, que luego se torna rojizo y adquiere un interesante sabor ácido.

Verde

Hay varias formas de lograr este color y sabor herbal en el arroz. Una puede ser con una mezcla de plantas trituradas, como, por ejemplo, perejil, cilantro, espinacas. Otra, con el agregado de unas buenas cucharadas de pesto. Sin duda, es una presentación diferente, sumamente aromática y con una tonalidad que puede llamar la atención en el plato.

Morado

Siguiendo con el juego de colores, existe otra alternativa cuando de preparar arroces diferentes se trata. Al igual que con el verde, no hay una forma específica de elaborar este plato. El truco está en darle ese color morado con alimentos que tengan la misma tonalidad. Una de las más comunes es con maíz morado, el cual se cuece y tritura para darle el sabor y la pigmentación del cereal. Otra es con jugo de remolacha. Este, además de pintarlo, le da un sabor ácido muy particular que puede tornarse en un acierto si se equilibra con los otros componentes del platillo.

Amarillo

La mejor forma de hacer un arroz amarillo es con azafrán, el colorante y saborizante español por excelencia, que para muchos es inalcanzable por su alto costo. Debido a esto, algunos usan aditivos similares que pueden llegar a ser una imitación barata de esta especia, pero que cumplen con una función bastante parecida. De hecho, hay ya arroces comerciales que vienen con ese color y lo único que hay que hacer es cocerlo con los ingredientes de siempre.

Negro

Para el arroz negro, que es una preparación muy típica de España, es necesaria la tinta de calamar. Como esta ya le aporta cierto sabor a mar, dicho plato se elabora con la adición de otros frutos marinos, como gambas y chipirones, entre otros.

Con fideos

Esta es una preparación muy común en países árabes y latinos como Colombia y Venezuela. Parece mentira que juntar arroz con pasta resulte en una comida tan sabrosa. Los fideos, tal cual como los que se usarían para una sopa, se desgarran con las manos y se tuestan en una sartén. Cuando ya quedan bien morenitos, se reservan y se añaden al arroz antes de taparlo en su proceso natural de cocción. Lo llamativo de esto es que el fideo le da un sabor tostado al arroz que le queda más rico de lo que muchos pensarían.

Con granos

Mezclar arroz con otros granos, como caraotas, lentejas, frijoles rojos o blancos, se resume en un buen contorno. El congrí, un plato típico cubano, es la prueba viviente de ello. Al arroz le aportan cuerpo, color y sabor, sobre todo si los granos fueron cocinados correctamente y se incluyeron aliños bien aromáticos.

Con vegetales variados

Son pocas las personas que se atreven a elaborar un arroz blanco insípido, sin siquiera añadirle un dientecito de ajo. Lo correcto es incluir uno que otro vegetal que lo ayude a adquirir un aroma llamativo y potenciar su sabor propio. Los más comunes son el ajo, la cebolla, el ají, la zanahoria y el ajo porro. Pero, cuando la idea es hacer un verdadero arroz con verduras, en el que ambos componentes se sientan, la consecuencia es infalible. Estos mismos ingredientes se le pueden sumar, pero en trozos un poco más grandes. Asimismo, pueden aparecer otros, como cebollín, calabacín, berenjena, tomate, pimentón, brócoli. Los hongos también son incluidos en la ecuación.

Con frutas

Quizá no sea una idea que a muchos agrade, pero puede que en ciertas ocasiones funcione. Para algunos sonaría como un arroz con mango, aunque podría ser interesante si la combinación es acertada. Frutas como piña, fresas, coco, limón y naranja suelen ser combinadas con arroz, pero la mayoría de las veces en forma de jugo para simplemente darle color y sabor; aunque hay recetas que sí incluyen sus trocitos, debidamente armonizados con otros ingredientes salados. Además de esto, este cereal no es ajeno a los postres. Si no, no existiera el arroz con coco o el sushi dulce que, precisamente, sustituye los pescados por trocitos de fruta.

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Fuente: Cocina y Vino / MV