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Venezuela, una bomba de tiempo

Si no se hace nada, el país se verá abocado a una guerra civil y a una intervención de EEUU. La situación actual de Venezuela es tan crítica que si el gobierno de Maduro y la oposición no se ponen de acuerdo en un plan de salvamiento, el país se verá abocado a una guerra civil y a una intervención por parte de Estados Unidos, como ya se prevé de acuerdo con las últimas medidas tomadas por el presidente Donald Trump.

La guerra civil y la intervención extranjera serían nefastas para el país y también, hay que decirlo, para Colombia y el continente. ¿Cómo hacer para evitar un desastre social anunciado? ¿Cómo lograr una base de acuerdos mínimos en un país polarizado y con una crisis humanitaria desbordada?

La piedra de toque que agudizó la polarización entre el gobierno de Maduro y la oposición fue la sentencia n.° 156 del 2017 de la Sala Constitucional, en la que se despojó de sus competencias a la Asamblea Nacional (AN). Esta corporación equivale al Parlamento nuestro y tiene la función legislativa de promulgar las leyes de la república. La AN surgió en 1999 durante la presidencia de Hugo Chávez, y es elegida por voto popular.

Esta fue la chispa que incendió a Venezuela. No era para menos. Maduro, en su obsesión por el poder, adoptó una medida arbitraria que pone en riesgo el equilibrio constitucional del país, alejándose de los principios de Chávez. Si este viviera, no hubiera cometido esa torpeza política de Maduro que hoy tiene dividido al país hermano.

A estas horas, en Venezuela se vive una situación de caos e incertidumbre. Las calles de Caracas están vacías después de que la oposición decretó un paro nacional, y las manifestaciones que ha convocado van sumando muertos. El número de desplazados a Colombia, Brasil y las Guyanas crece día a día. La opinión internacional le pide a Maduro que suspenda las elecciones a la Asamblea Constituyente, convocadas para el próximo domingo, y se siente a dialogar con la oposición. Y el belicoso de Trump enfila baterías para un bloqueo económico y una posible intervención extranjera.

Desde la época de la Independencia, Venezuela ha sido un país grande y valeroso. Llegó la hora de deponer los odios entre el oficialismo y la oposición. Llegó la hora de romper con el discurso polarizado y las acusaciones mutuas. La patria venezolana está por encima de los partidos.

A esta hora que escribo esta columna, aún no se han realizado las elecciones convocadas por Maduro para escoger los delegados de la Asamblea Constituyente. Tampoco se sabe si Maduro acepte la propuesta del expresidente español Rodríguez Zapatero, en el sentido de suspenderlas, y la oposición, a su vez, acepte abandonar la protesta callejera, se sienten a dialogar y aprueben conjuntamente un cronograma electoral.

Hoy, Venezuela es una de tiempo, y los que están llevando la peor parte es el pueblo venezolano.

Confiemos que nuestro país hermano tome una decisión sensata para que, de esta manera, se exorcice una guerra civil o una intervención extranjera. Ambas situaciones serían terribles no solo para Venezuela, sino también para el continente.
Fabio Martínez

Fuente: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/fabio-martinez/venezuela-una…