L. Martínez.- Me encanta la victoria final talibán en Afganistán porque demuestra hasta qué punto la cohesión de unas ideas (aunque en algunos aspectos puedan resultar bárbaras a los ojos de muchos occidentales) supera a la degradación, la decadencia, el nihilismo y la perversión de los valores que hicieron a Europa ser el faro y esplendor del mundo. Un faro convertido hoy en día en un estercolero donde medran arribistas, ladrones, canallas sin escrúpulos, antipatriotas, mujerzuelas plañideras, golfas desorejadas, femimarxistas, en todas las profesiones en las que mas daño pueden hacer a la sociedad: la judicatura, la educación, la actividad política… convertidas en focos de corrupción y degradación moral.
Nada de eso estarán dispuestos los talibanes que ocurra en Afganistán.
Sólo por mantener su cultura y sus leyes islámicas, merecen respeto. Siempre que no intenten imponerlas a los demás.países de su entorno, claro está.
