Por Luys Coleto.- Les hablaba hace escasos días, en este digital, de las claves para entender el pucherazo del 4-M. De manual. Y tan colosal como la madrilenísima catedral de La Almudena. Tras el nítido discurso antimasónico, antisocialista y antihistoricista del pasado 2 de mayo, Díaz Ayuso cavó su tumba política. Le van a tangar las elecciones. Apesta.
Al rico pucherazo
Primero las inverosímiles cartas con bala. Y la navajitas platea de Maroto. La estrategia de la tensión, tan Gladio/OTAN. Falsa bandera, pues. Jamás fue un fallo de Correos sino una planificadísima acción coordinada en la que encontraron como perfecto “chivo expiatorio” a un trabajador de seguridad. Y momento pitorreo: el esquizo “allegado” de Espinosa de los Monteros.
En los últimos días no deja de aparecer sobreabundante gente que aparece como “votantes por correo” cuando la realidad es que han ido a las oficinas a enviar un simple paquete. A ello se añade que no se está solicitando el documento de identidad, dato que ha confirmado recientemente un notario en Extremadura, que ya ha puesto la correspondiente denuncia. Entre tanto, ni VOX ni PP apenas mueven un dedo. Si les roban delante de sus ojos, casi nada hicieron para impedirlo.
Como siempre les digo, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Al rico y suculento pucherazo.
