Tyler Durden.- Un tema recurrente entre los teóricos de la conspiración es que la élite está esperando el momento adecuado para desplegar su tecnología de ‘marca de la bestia’ para identificar y controlar remotamente a cada ser humano en el planeta, sellando así sus planes para un gobierno mundial. . Y con muchas personas dispuestas a hacer cualquier cosa para volver a la normalidad, esos miedos parecen más justificados con cada día que pasa.
En el Libro de Apocalipsis [13: 16-17], hay un pasaje que ha atraído la imaginación de creyentes e incrédulos a lo largo de los siglos, y quizás nunca más que ahora: “Y él hace que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, para recibir una marca en la mano derecha o en la frente: y que nadie pueda comprar ni vender, salvo el que tenga la marca … »
¿Fue Juan de Patmos el primer teórico de la conspiración de la historia, o simplemente nos estamos complaciendo hoy con un caso de profecía autocumplida? Cualquiera que sea el caso, muchas personas probablemente tendrían serias reservas sobre ser marcadas con un código de identificación, incluso si nunca se hubiera mencionado en las Sagradas Escrituras. Pero eso ciertamente no ha detenido al fundador de Microsoft, Bill Gates, quien ha estado advirtiendo sobre una pandemia global durante años, de impulsar tecnologías tan controvertidas sobre todos nosotros.
En septiembre de 2019, solo tres meses antes de que el coronavirus apareciera por primera vez en China, ID2020, una empresa biométrica con sede en San Francisco que cuenta con Microsoft como uno de sus miembros fundadores, anunció que estaba emprendiendo un nuevo proyecto que implica la “exploración de múltiples sistemas biométricos”, «tecnologías de identificación para lactantes» basadas en la “inmunización infantil” y que solo utiliza los “enfoques más exitosos”.
Para cualquiera que se esté preguntando cómo sería uno de esos «enfoques más exitosos», considere el siguiente candidato principal para el contrato. Investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) han desarrollado lo que es esencialmente un ‘tatuaje’ de alta tecnología que almacena datos en un tinte invisible debajo de la piel. La ‘marca’ se entregaría junto con una vacuna, probablemente administrada por Gavi, la agencia mundial de vacunas que también está bajo el paraguas de la Fundación Bill y Melinda Gates.
«Los investigadores demostraron que su nuevo tinte, que consiste en nanocristales llamados puntos cuánticos, emite luz infrarroja cercana que puede ser detectada por un teléfono inteligente especialmente equipado», informó MIT News.
Y si el lector se desplaza hasta el final del artículo, encontrará que este estudio fue financiado principalmente por la Fundación Bill y Melinda Gates.
Hoy en día, con el cierre de la economía mundial de servicios para evitar que se reúnan grandes grupos de seres humanos infecciosos, es más fácil imaginar un día en el que se requiera que las personas tengan que escanearse su identificación por infrarrojos para poder acceder a cualquier número de público lugares. Y a partir de ahí, se requiere un poco de imaginación para ver que esta misma nanotecnología de rastreo se aplica ampliamente en la economía global, donde podría usarse para eliminar el uso de dinero sucio. Después de todo, si las bolsas reutilizables están siendo prohibidas por el pánico por el coronavirus, ¿por qué debería recibir un tratamiento especial el efectivo reutilizable?
El analista geopolítico Pepe Escobar proporcionó un argumento convincente de que el coronavirus, que está conduciendo al mundo hacia una Nueva Gran Depresión, está “siendo utilizado como cobertura para el advenimiento de un nuevo sistema financiero digital, completo con una vacuna forzada con nanochip que crea una identidad digital completa e individual.
Como un posible escenario futuro, Escobar imaginó «grupos de ciudades inteligentes vinculadas por IA, con personas monitoreadas a tiempo completo y debidamente microchip haciendo lo que necesitan con una moneda digital unificada»
Esos temores cobraron mayor importancia cuando Bill Gates se sentó durante el fin de semana para una entrevista impresionante con CBS This Morning. Gates le dijo al presentador Anthony Mason que las reuniones masivas podrían tener que prohibirse en la era del coronavirus a menos y hasta que se promulgue un programa de vacunación a gran escala.
“¿Cómo se ve la ‘apertura’”, preguntó Gates retóricamente antes de cambiar esencialmente toda la estructura social y cultural de los Estados Unidos de una sola vez.
“Qué actividades, como las escuelas, tienen tal beneficio y se pueden hacer de manera que el riesgo de transmisión sea muy bajo, y qué actividades, como las concentraciones masivas, tal vez, en cierto sentido, sean más opcionales. Por lo tanto, hasta que esté ampliamente vacunado, es posible que esas [actividades] no regresen en absoluto »
Según Gates, cualquier cosa que pueda definirse como una “reunión masiva”, desde espectadores abarrotados en un estadio para un evento deportivo hasta manifestantes en la calle en una manifestación, se consideraría un acto de desobediencia civil sin una vacuna. No es de extrañar que Gates eligiera el concepto de “reunión masiva” para engancharnos a todos, porque ¿qué es la sociedad democrática moderna sino un gran evento masivo tras otro? De hecho, dado que nadie querrá perderse el próximo gran acontecimiento, como el Super Bowl, la Comic-Con o, Dios no lo quiera, Eurovisión, millones de personas se alinearían de manera predecible durante millas para obtener su inoculación respaldada por Microsoft, incluso si contiene tecnologías de seguimiento.
Todo esto parece una auténtica locura cuando se recuerda que existen otras opciones para derrotar al coronavirus además de un régimen de vacunación global obligatorio.
El mes pasado, el Dr. Anthony Fauci, Director de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dijo a un Subcomité del Senado que más del 80 por ciento de las personas que se infectan por el coronavirus «se recuperan espontáneamente» sin ninguna intervención médica. Esto hace que uno se pregunte por qué el bloqueo global fue diseñado para todos en lugar de solo para los enfermos y los ancianos. Mientras tanto, la droga hidroxicloroquina, que ha sido minimizada en los medios a pesar de ser nombrada como el tratamiento más efectivo para el coronavirus entre los médicos en una importante encuesta, está comenzando a tener una nueva apariencia.
Así que ahora parece que nos vamos a las carreras para ver cuál se convertirá en el método aprobado para combatir la pandemia global: una vacuna desarrollada apresuradamente que en realidad puede empeorar los efectos de la enfermedad en quienes la contraen, o la ya probada y económica.
Si la ganadora resulta ser una vacuna global, posiblemente una que lleve nanotecnología de identificación, no espere que los ricos hagan fila con sus hijos para ser los primeros en obtenerla. En 2015, The American Journal of Public Health encuestó a unas 6.200 escuelas en California, el epicentro de la investigación de identificación biométrica, y encontró que las exenciones de vacunas eran dos veces más comunes entre los niños de jardín de infantes inscritos en instituciones privadas.
Parece que la élite está apostando fuertemente por el desarrollo de una vacuna de rastreo de identificación que uniría a todas las razas e instituciones bajo un gran techo feliz, pero claramente continuarán viviendo en su propio vecindario vallado en este gobierno mundial. Si obtendrán o no un «pase especial» al recibir la marca de la nueva era es otra cuestión.
