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Casado: «Pinchan en hueso aquellos que pretendan dividir a la nueva generación del PP con nuestros predecesores»

Aznar y Casado coincidieron hoy en un coloquio organizado por la Universidad Francisco de Vitoria, en Madrid
Aznar y Casado coincidieron hoy en un coloquio organizado por la Universidad Francisco de Vitoria, en Madrid

El líder del PP, Pablo Casado, considera que su tarea, al contrario que la de José María Aznar hace 25 años, no es mover al PP al centroderecha sino recuperar para el PP a una mayoría hoy polarizada, resistiendo los «cantos de sirena» que le piden acercarse a Vox o, incluso, al PSOE.

El presidente del PP ha hecho esta reflexión en un encuentro del el Aula de Liderazgo del Instituto Atlántico, en el que ha participado este martes junto al expresidente del Gobierno José María Aznar, cuando se cumplen 25 años de la primera victoria del PP en las elecciones generales.

Considera Casado que si Aznar debía mover a Alianza Popular donde estaba el «centro liberal», «la mayoría social», un cuarto de siglo después él debe hacer lo contrario: «Mover a la mayoría social a la centralidad» y la moderación.

«Tocar la campaña y que la mayoría silenciosa y tranquila, pero ahora polarizada en los extremos, vuelva al PP e incluso resistir a los cantos de sirena o quienes nos intentar forzar a que nos movamos del espacio donde nunca ha dejado de estar el PP, que es el centro derecha reformista, constitucionalista y liberal». También ha señalado un cambio en los tiempos políticos desde 1996, el de la «inmediatez y la distorsión del discurso en política». Porque ahora no se informa cada día, se informa «cada hora» y, cree el líder del PP, el discurso político suena como un «tocadiscos» porque va «muy deprisa y tiene saltos», ya que, a diferencia de los 90, ahora no está «de moda» un partido «serio y responsable».

Aznar no triunfó, ha argumentado Casado, por Twitter, Instagram o por decir «cosas estrafalarias», sino por su «sensatez y coherencia», mientras que ahora estás «fuera» si no te acomodas al resto, que «insultan más y gritan más». «La buena noticia»- ha continuado Casado- es que al PP «le da igual» y quiere seguir siendo «ese partido confiable» y ha recordado una vez más que tanto Aznar como el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy tuvieron siete años para construir su alternativa.

El presidente del PP ha rechazado críticas por no tener proyecto, pues a su juicio quedó claro en el Congreso donde obtuvo el liderazgo, por no tener equipo económico, ya que tiene a la responsable económica de Maastricht, Elvira Rodríguez, o por su equipo territorial.

Casado ha elogiado a todos sus barones y ha apuntado que ha tenido el «honor» de designar candidatos a Isabel Díaz Ayuso en Madrid, Juanma Moreno, en Andalucía, Alberto Núñez Feijoo en Galicia, Alfonso Fernández Mañueco, en Castilla y León y Fernando López Miras en Murcia. Se «consuela» por las críticas, ha dicho, «porque es lo que le decían a Aznar y Rajoy», aunque lo considera «injusto» y ha recalcado que con «paciencia y perseverancia» los españoles sabrán que el PP, «el constitucionalismo, la pluralidad y el reformismo» conforman la única alternativa.

El líder del PP, Pablo Casado también reivindicó el legado de Aznar y Rajoy y ha avisado que «pinchan en hueso los que pretendan dividir a la nueva generación» del partido con sus predecesores. Ha destacado que los dos expresidentes dejaron al país «mejor» de lo que lo encontraron y ha añadido que es «esencial estar orgulloso de un legado» que, a su juicio, es «patrimonio de los españoles».

Aznar llama a evitar los extremosPor su parte, el expresidente del Gobierno José María Aznar ha llamado este martes a que el PP sea «un polo de atracción para evitar que los extremos crezcan» y a dar la batalla de las ideas, aunque ha señalado que es el actual líder del PP, Pablo Casado, quien debe marcar el camino.

Aznar recomienda a Casado ir a los «elementos básicos» porque «varía la forma de hacer pero no varía el fondo político», y ha aludido a la disciplina fiscal, las rebajas fiscales, «mantener la casa en orden» o a la ambición exterior.

El expresidente del Gobierno ha deseado a quien fuese su pupilo político «mucha suerte» y ha sostenido que cuando se tiene la responsabilidad de ser uno de los «actores importantes» es necesario «marcar el camino». Le ha animado a dar la batalla de las ideas porque «es imposible recetar bien si no se tiene la idea de lo que hay que recetar» y no se puede optar por la «indefinición», un rasgo que a su juicio caracteriza a los actuales dirigentes, «capaces de hacer cualquier cosa con tal de seguir». Convertirse en un «polo de atracción funcionó en su momento» pese a que hubo «momentos muy complicados», ha reconocido Aznar, que ha señalado que cuando él presidía Castilla y León el CDS de Adolfo Suárez «estuvo a punto de sorpasar a la Alianza Popular de Fraga».

De su victoria en marzo de 1996 ha destacado que sirvió para desmontar dos negaciones: que no existía alternativa al Gobierno del PSOE y tampoco a sus políticas, que las medidas de corte liberal no eran posibles. «Se había trabajado en unir todo lo que estaba a la derecha de la izquierda, en hacer tarea de oposición y en definir un proyecto muy claro que los españoles conocían y supieron apreciar», ha agregado Aznar. Y ha argumentado que de Felipe González heredó un país mejor que el del 76, pero con problemas que «no se habían desatascado» y que bajo su Gobierno se produjo una «revolución social» con 5 millones de puestos de trabajo, la mitad «para las mujeres». La entrada de España en el euro, acabar con la idea del «empate infinito» -que no hubiese ni ganador ni perdedor respecto al terrorismo-, en su opinión el germen del fin de ETA, o finalizar el «desencuentro histórico» entre el centroderecha nacional y el periférico son otros de los elementos que Aznar ha destacado de su legado.

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