Inicio Actualidad California: denuncian violaciones y embarazos de prisioneras obligadas a compartir cárceles con...

California: denuncian violaciones y embarazos de prisioneras obligadas a compartir cárceles con hombres transgénero

Celdas de la antigua penitenciaría de Idaho en Boise, Idaho

Andrés Vacca.- Tras imponerse una nueva legislación en California, las mujeres en prisión están siendo obligadas a compartir celdas con hombres transexuales. Según graves denuncias que trascendieron esta semana, se estarían detectando situaciones de abuso sexual que habrían terminado en por lo menos un embarazo y “tal vez muchos más”.

Las reclusas del sistema penitenciario de California afirman se han convertido en presas de los hombres, desde que los hombres transexuales han comenzado a ingresar en las penitenciarías de mujeres tras aplicarse la ley SB 132, la cual indica que todos los “transgénero, no binarios o intersexuales” deben ser “tratados de manera consistente con la identidad de género del individuo encarcelado” y “alojados en un centro correccional designado para hombres o mujeres según la preferencia del individuo”.

Una agrupación denominada Frente de Liberación de Mujeres (WoLF, por sus siglas en inglés) que defiende los derechos de las mujeres en California, ha indicado recientemente en un mensaje de Twitter que “una mujer, posiblemente más, ahora está embarazada después de haber sido alojada con un delincuente que fue trasladado a la prisión de mujeres bajo la ley SB 132”.

A mediados de julio WoLF ya había señalado que las mujeres encarceladas en la prisión de mujeres más grande de California describen las condiciones como “la peor pesadilla de una pesadilla”, luego de que la introducción de nuevos reclusos transgénero.

Tal es así, que las autoridades carcelarias introdujeron condones y pastillas abortivas en la penitenciaría de mujeres, dando por sentada la posibilidad de que existan relaciones sexuales, las cual podrían ser incluso no concentidas.

Según indicó la asociación de mujeres, también aparecieron carteles que declaran que las mujeres tienen derecho a “asesoramiento sobre anticonceptivos y su elección de métodos anticonceptivos por parte de un proveedor de atención médica autorizado”.

Sin embargo, afirma WoLF, los únicos métodos disponibles para las mujeres encarceladas para prevenir el embarazo son los condones, que aparecieron poco después que los hombres, y los anticonceptivos de emergencia indicados para situaciones de emergencia posteriores al acto sexual.

En una reunión reciente de delegados en el Centro para Mujeres de California Central, una mujer leyó una declaración en la que imploró ayuda al personal de la prisión y dijo que los oficiales correccionales ignoraron sus temores de tener que compartir un lugar cercano con un violador en serie.

“¿Cómo nos sentimos seguros en nuestra comunidad? Cuando buscamos ayuda, no obtenemos nada. Ha habido un asalto a una mujer y seguimos silenciados. Se nos ha quitado la esperanza una vez más. ¿A alguien le importa que se nos obligue a vivir con hombres de 6’2 y 250 libras con penes que están aquí para violar brutalmente a mujeres?”

De acuerdo con esta nueva legislación, llamada Ley de Respeto, Agencia y Dignidad Transgénero, las autoridades penitenciarias deben preguntar a los reclusos durante el proceso de admisión cómo se identifican sexualmente para luego definir en que tipo de cárcel deberán ser alojados, y bajo ningún punto podrán negar la posibilidad de enviar a un recluso a una cárcel de mujeres sí así es auto percibido.

La legislación también requiere que los oficiales se dirijan a los reclusos transgénero en función de los pronombres de su elección, de lo contrario podrían ser denunciados por discriminación.

El LA Times asegura que varios reclusos se postularon para ser trasladados a una cárcel de mujeres “con falsos pretextos”.

Desde el 1 de enero de 2021, cuando entró en vigencia la polémica legislación, unos 300 reclusos en California solicitaron oficialmente su traslado a un centro penitenciario de mujeres, porque así dicen autopercibirse a pesar que su sexo biológico sea el masculino.