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Cientos de radicales atacan a la Policía con adoquines y botellas en la manifestación por Pablo Hasél

(ABC)

La detención y posterior encarcelamiento de Pablo Hasél ha servido de ‘acicate’ a la extrema izquierda, ávida siempre de referentes para hacer de las suyas en la calle. La mecha de los disturbios prendida ayer en Barcelona se ha repetido hoy en la Ciudad Condal y ha estallado también en el centro de Madrid. En la concentración convocada a las 19 horas en la Puerta del Sol, un nutrido grupo de personas ha intentado reventar uno de los filtros policiales. A partir de ese instante, la presión ha crecido y la concentración se ha tornado en un campo de batalla.

Los manifestantes han aprovechado un momento tranquilo de la protesta para dispersarse y desatar los primeros encontronazos. En la carrera de San Jerónimo han tirado las primeras piedras y botellas y reventado papeleras.

También han lanzado objetos contundentes a los periodistas reunidos en la zona. Apostados desde primera hora, cuando han establecido filtros para requisar objetos contundentes, los efectivos de la Unidad de Intervención de la Policía Nacional (UIP), los conocidos ‘antidisturbios’, han comenzado a cargar para contener a la masa.

Los vándalos han asediado la bóveda de cristal de la estación de Metro de Sol, cerrada por obras. La carga policial se ha recrudecido, en todas direcciones. Un grupo de ‘antidisturbios’ ha bajado la persiana metálica de la entrada al suburbano para atrapar a varios manifestantes en su interior. A las 20.30 horas, la Policía, que ha tomado todas las calles aledañas, ha logrado controlar el kilómetro cero de la capital. Pero la presión no disminuía: de un lado volaban adoquines arrancados del suelo, de otro, pelotas de goma.

La noche avanzaba y los manifestantes se han dispersado una vez más en dirección a Tirso de Molina, arrasando con los contenedores a su paso. Minutos antes de las nueve, en la calle de Correos, los agentes han intentado frenar con gas lacrimógeno a la turba, que seguía lanzando piedras y ha erigido barricadas, quemando colchones y otros objetos. Algunos escaparates también han sufrido los estragos de los disturbios.

La protesta, convocada por la plataforma Movimiento Antirrepresivo De Madrid bajo el lema ‘Secuestrado por el Estado ¡Todos a la calle! ¡Conquistemos su libertad!’, no estaba comunicada a la Delegación de Gobierno. Antes de los ‘fuegos artificiales’, los radicales han cantado consignas en favor del rapero, condenado a nueve meses de prisión por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona. Al grito de «¡Pablo Hasél, libertad!» «¡aquí están los antifascistas!» o «ser policía, vergüenza me daría», decenas de individuos han ocupado una Puerta del Sol blindada a capa y espada ante el previsible devenir de los acontecimientos.

La mecha de los disturbios

La primera jornada de disturbios por el encarcelamiento del rapero estalló en Barcelona, donde más de un millar de personas se reunieron en la plaza Lesseps, ante los Mossos y la Guardia Urbana. A las nueve de la noche la concentración llegó a su punto álgido. Decenas de encapuchados reventaron escaparates y sucursales bancarias a pedradas y prendieron fuego a contenedores. Durante la manifestación, al menos una joven resultó herida en un ojo por lo que, según algunas fuentes, podía haber sido el disparo de una pelota de foam de los Mossos.

(ABC)