Inicio Actualidad El Comando Intxaurrondo no acudió a Ferraz, pero el peligro golpista sigue

El Comando Intxaurrondo no acudió a Ferraz, pero el peligro golpista sigue

Si mañana Sánchez anuncia que se va, será para volver, pero, por de pronto, ya se ha ido. Anunciar cinco días de meditar si «vale la pena» mandarnos, porque dice, como si su palabra valiera algo y su vida privada nos importara, que «está profundamente enamorado de su mujer», la socia de Barrabés y Air Europa, que él rescató, es una tomadura de pelo a los españoles. Meditar sobre algo que no sean sus faltas de redacción en la carta de amenaza a los jueces, los medios libres, los partidos de Oposición y la ciudadanía española, a la que se dirigió para despreciar el sueldo que le paga y el cargo que ostentaba –y, desde el jueves, sólo detenta– es el ejercicio de un discapacitado intelectual y moral, de un desertor a plazos, del sujeto más siniestro y nocivo que ha padecido desde Fernando VII la nación española.

Del Komando Papel de ETA al Comando Intxaurrondo de TVE

Para lo único que ha servido la carta de marras ha sido para que se destape la policía política que, si cuaja la dictadura de Sánchez o Zapatero, se encargará de denunciar, perseguir, encerrar, apalear o fusilar a los medios que se atrevan a desvelar los negocios de la mujer del Presidente, discutir la grandeza de Sánchez, el presidente corrupto que ha comprado la Moncloa a cambio de amnistiar a los delincuentes si lo votan y las fechorías de un partido que acumula los delitos, desde las maletas de Delcy a las mascarillas de Koldo. O criticar a los socios etarras y golpistas, cuyos votos, hijos del terror o del agobio, reputa como suyos un tipo que ha convertido la política española en un ejercicio de mendacidad.

Pues más de quinientos comisarios mediáticos, desde los pingües sueldos que disfrutan por su acreditado servilismo a los Sánchez-Gómez, se han erigido en guardianes del honor de Begoña y la virtud de Pedro. Y han publicado una carta, junto a las amenazas del Gobierno y sus satélites, pidiendo que se persiga a los medios que difunden «bulos y calumnias». Y lo dicen los que llevan cinco años difundiendo bulos y calumnias contra la figura pública con más poder de la Oposición, Isabel Díaz Ayuso y toda su familia. Al frente de la jauría, junto a periodistas descatalogados y rapsodas sin lira desde ZP, cabalga Silvia Intxaurrondo, la «bien pagá» de TVE, cuya función recuerda aquel ‘Komando Papel’ que desde el Egin señalaba a los periodistas que la ETA debía asesinar, como José Luis López de Lacalle. La más famosa creadora de esquelas era la hoy bildutarra Aizpurúa, a la que esta Stasi del pesebre rodea con unción y no con la repulsión que merece.

Junto a Intxaurrundo, haciéndole el duduá, una criatura del canalRed de Pablo Iglesias, eterno imán de becarias del espíritu, dijo que el Gobierno del presidente Fijo-Discontinuo –gran hallazgo de Feijóo– debía intervenir ya, pero ya, a todos los jueces y los medios de oposición que obstaculizaran su ética, su sintaxis o su política. Vamos, que llamó a perpetrar un golpe de Estado comunista, sin que la supuesta moderadora de la televisión pública, la adinerada Intxaurrondo, opusiera la menor objeción. O sea, que respaldó la alocución golpista de la pablenina, y luego la ha reforzado con la carta citada de caza y captura de periodistas insumisos.

Nunca en la historia de la democracia española, ni siquiera en el franquismo tardío, que es el que yo conocí, se llamó desde los medios de comunicación del régimen a acabar con los periodistas y medios enemigos. Sin duda porque el proyecto político de Sánchez y el de este comisariado mediático es peor que el de Franco: el comunista del genocida Maduro, el genocida Putin o los tiranos del Cartel de Puebla, cuyo presentante más abyecto es Rodríguez Zapatero.

Aún no han copado el Poder, aún no han declarado Pumpido y Alvarone legal lo ilegal y constitucional lo anticonstitucional, y ya anda la jauría mediática soñando checas para eliminar a sus «compañeros de profesión». ¿De qué profesión? Hay dos clases de intelectuales, periodistas y gentes de la radio y la televisión: los que defienden la libertad y los que la combaten. Los que pretenden disfrutarla en exclusiva y los que desprecian a quienes buscan, y logran hacerse ricos como chivatos y verdugos. Y ya no hace falta decir a quién pertenece cada cual y cada medio. El Comando Intxaurrondo ha tenido la virtud de separar a perseguidores y perseguibles. Pero hay que constatar que son muchísimos los que, sin dejar de cobrar, querrían eliminar a los que les hacen sombra. Si la Oposición al sanchismo fuera Oposición, ya tenía hecha la lista de los primeros que sobran en los medios públicos. Antes de cerrarlos, claro, que es la única forma conocida de reformarlos.

El gorigori de Ferraz

La convocatoria de masas para apoyar al desertor de la Moncloa se saldó ayer con un fracaso estrepitoso. Los paraguas apenas podían ocultar los claros en la estrecha calle de Ferraz. Doce mil, dijeron los sociatas, que habían acudido. El PP ha llevado diez, veinte veces más gente a sus actos de repulsa a Sánchez. «¿Y los autobuses?», decían los nostálgicos. «Si sólo tenemos Asturias y la Mancha, y Page es un traidor», respondían los más realistas. Madrid, Andalucía, Valencia, Murcia, Galicia, Castilla y León, Aragón, La Rioja, Cantabria y casi todas las grandes capitales son del PP. Sin esas bases, ni las de sus aliados, que viven en otro mundo y no español, la organización se limita a la Moncloa y a los medios de comunicación del Gobierno. Que son muchos, pero no pueden con los medios de internet. A la hora de salir a la calle, el Comando Intxaurrondo se quedó a verlo en casa. Y lo que vio, lo que vimos todos en Ferraz es que así, como dijo recientemente en las Cortes la ministra de igualdad de plumaje chiricahua, «no se puede, no se puede».

De hecho, Sánchez sólo puede pensar en resucitar, porque el funeral de Ferraz ha sido una birria, un gorigori de rebajas, una jeremiada de saldo. La presunta sucesora, Marijota Montero, añadió zafiedad a la precariedad, aporreándose el pecho y zarandeando a los que apenas pretendían estrecharle la mano. El gremio de verduleras de peor fama en el París de Robespierre la rechazaría por ordinaria. Si mañana se larga Falconetti, su sucesora le hará parecer elegante. Pero no lo es. Sólo un traidor a la Constitución que juró defender, que mezcla problemas sentimentales o de alcoba con asuntos de Estado, líos de pareja con estabilidad institucional y delitos de partido o de familia con atestados judiciales. O mañana se lanza al golpe de Estado, no sé con qué huestes, o se larga sin sacar siquiera la Ley de Amnistía, lo que de hecho arruina la legislatura. En menos de un año, ha hundido el prestigio del cargo y se ha hundido él mismo, su partido y su entorno. La maldición de Francokammon.

El proyecto de cambio de régimen sigue intacto

Pero el Comando Intxaurrondo, Pumpido, Alvaroney los socios del prófugo monclovita, despreciado por el de Waterloo, siguen ahí. El peligro del cambio de régimen y la liquidación de la democracia no ha remitido, cambiado o desaparecido. Zapatero querría, por supuesto, ser investido sucesor con la actual mayoría parlamentaria, votar la república plurinacional y llevarnos a la guerra civil. No es imposible. El gran obstáculo es que, si ocupa el lugar de Sánchez, el marido de Begoña deberá irse a California, camino de otro chollo globaloide. Ya lo hizo una vez y volvió. Claro que Rajoy también dijo «En un año estamos de vuelta». Y estamos como estamos.

Temas