Tras el distanciamiento de Yolanda Díaz, la ley ‘sí es sí’ y la ‘ley trans’ son los principales valuartes políticos de Podemos.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha mostrado su descontento por las enmiendas que el PSOE presentará a la llamada ‘ley trans’, tras la polémica por la ley del ‘sólo sí es sí’. Se trata de las dos iniciativas emblemáticas del ministerio y de la propia actividad legislativa de Podemos, tras el distanciamiento con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
“El partido socialista ha decidido presentar enmiendas y no buscar el acuerdo”, ha dicho Montero, si bien ha matizado que “quedan unas horas” para negociar y “reconducir la situación”.
En el enésimo enfrentamiento entre los dos partidos que conforman el Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, pesa la polvareda que ha levantado la ley del ‘sólo sí es sí’. La también llamada ley de ‘libertad sexual’ ha permitido que varios agresores vean rebajadas sus condenas, tal y como había advertido el Poder Judicial.
Las tres fuerzas en el Ejecutivo han tomado distintas estrategias para hacer frente a la agria polémica que ha seguido a la rebaja de condenas. El ala socialista ha pedido esperar a que el Tribunal Supremo unifique doctrina sobre el asunto, Yolanda Díaz se ha colocado de perfil y tan sólo ha dado su apoyo a Irene Montero en lo respectivo a los “ataques personales”. Podemos ha culpado a los jueces, a los que ha tildado de machistas.
La ley ‘trans’, sin embargo, divide la postura del Ministerio de Irene Montero con el resto del Gobierno desde el comienzo.
“El Estado tiene una deuda pendiente con las personas trans”, ha manifestado Irene Montero en una entrevista para La 1 este lunes. Si los socialistas logran sacar adelante las enmiendas, ha explicado, supondrá un “recorte de derechos en las infancias trans”.
Montero ha pedido por tanto que se respete la “mayoría feminista, la mayoría de investidura” para validar la ley sin las enmiendas que se refieren a la infancia. Sin embargo, el debate en el seno del feminismo sobre este asunto es profundo.
Las feministas clásicas consideran que las teorías sobre la sexualidad que están detrás del espíritu de la ‘ley trans’ contribuyen a lo que llaman “borrado de la mujer”. Un borrado que ven posible con la nueva norma, que permitirá a cualquier hombre cambiar de sexo en el registro por su mera voluntad y ocupar desde entonces espacios reservados para las mujeres.
