Una PCR negativa o una prueba de antígeno positiva no será suficiente para el nuevo “súper pase verde”.
El gobierno italiano aprobó una nueva versión más restrictiva del llamado pasaporte de la vacuna COVID, denominado «green pass» (pase verde).
El «súper pase verde” fue aprobado el miércoles por el consejo de ministros italiano. Una vez introducido, el pasaporte se otorgará solo a personas que hayan sido completamente vacunadas contra COVID-19 o que se hayan recuperado recientemente de la enfermedad.
Aquellos que no tengan el «súper pase verde» serán excluidos de muchos lugares. Ya no se aceptará una PCR negativa o una prueba de antígeno positiva para comidas en el interior o para actividades culturales y deportivas.
El pase verde original, impuesto en octubre, había permitido a las personas no vacunadas acceder a los lugares, incluido su lugar de trabajo, siempre que presentaran una prueba de COVID negativa que no tuviera más de 48 horas.
El nuevo protocolo italiano se parece mucho a la llamada regla 2G de Alemania actualmente en vigor en varios estados alemanes; también prohíbe a las personas no vacunadas de ciertos lugares públicos, incluso si dan negativo en la prueba de COVID.
El «súper pase verde» italiano permitirá a los titulares visitar tiendas, bares, restaurantes y lugares de cultura y ocio incluso si una región pasa de ser una «zona amarilla» (riesgo moderado) a una zona naranja (riesgo medio-alto ) según el sistema de color para la incidencia de COVID-19.
Sin embargo, se requerirá que las personas usen mascarillas al aire libre en áreas de la zona amarilla. Si una región se pone roja, lo que significa un alto riesgo de infección en la mente de las autoridades, entonces todos experimentarán restricciones, independientemente del estado de vacunación. Todas las tiendas y negocios «no esenciales» cerrarán.
Mientras tanto, el gobierno italiano también planea hacer que la vacunación contra el COVID-19 sea obligatoria para maestros y policías a partir del 15 de diciembre, según la agencia de noticias italiana ANSA .
Luego se convertirían en el segundo y tercer grupo de trabajadores en Italia que se verían obligados a recibir el las inyecciones experimentales o enfrentar la pérdida de su trabajo, una situación que actualmente solo se aplica a los profesionales médicos. Es posible que los trabajadores de la salud pronto tengan que recibir una tercera dosis de la vacuna, ya que el gobierno italiano también planea hacer que las llamadas «dosis de refuerzo» sean también obligatorias para ellos.
