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La ANC redobla su presión sobre ERC y JxCat para que formen Gobierno y proclamen la independencia

La falta de acuerdo entre los partidos separatistas en Cataluña está provocando una grave desafección con su electorado que, harto de los continuos enfrentamientos entre ERC y JxCat y la falta de una hoja de ruta para la independencia catalana. De esta forma, este domingo, una parte de esa fuerza civil proindependentistas ha dado un últimatum a las dos formaciones que pueden formar Gobierno.

La presidenta de la Asamblea Nacional Catalana, Elisenda Paluzie, ha sido muy clara y contundente al advertir a ERC y JxCat de que si llega a tener que repetir elecciones en Cataluña o si, del mismo modo, el nuevo Ejecutivo catalán que salga de ese acuerdo no tiene un plan para avanzar hacia la independencia, la ANC «nunca más estará a vuestro lado».

Frente al Palau de la Generalitat, la ANC había convocado una concentración en la plaza de Sant Jaume de Barcelona con el lema «Por un Govern del 52 » para redoblar la presión sobre ERC y JxCat y que cierren un pacto para formar un Gobierno catalán independentista antes de que finalice el plazo límite, cosa que pude suceder este 26 de mayo. Llegado el caso, se convocarían automáticamente nuevas elecciones.

Paluzie, dirigiéndose únicamente a ERC y a JxCat, afirmaba que están a tiempo de desencallar la investidura de Pere Aragonès y que tienen «una última oportunidad para llegar a un acuerdo». El desánimo y el «cabreo» eran evidentes: «La ANC ha tenido una paciencia infinita, ha ido a todas las reuniones, a perder el tiempo, a oír hablar de referéndums pactados y de amnistías que nunca llegarán».

Difícil acuerdo

Pero la solución al desencuentro, aunque obligada por el único nexo de unión que supone el independentismo, parece complicada siempre entre una formación de izquierdas y la representación de la burguesía catalana. Lo demuestra el hecho de que más de tres meses después de las elecciones del 14-F, las acusaciones cruzadas entre ERC y JxCat son constantes y después de inumerables ultimátums siguen sin ser capaces de llegar a un entendimiento.

No parece suficiente el resultado histórico conseguido por el bloque independentistas al obtener mayoría absoluta con 74 diputados y más del 50% de los votos, aunque el PSC de Salvador Illa fue declarado vencedor porque con los mismos escaños que ERC tuvo más votos. Ya se votó dos veces y por dos veces JxCat echó por tierra las aspiraciones de Aragonès, pese a que ERC ofreció sa Laura Borràs la Presidencia del Parlament.

La razón, al igual que a día de hoy, sigue estando en una JxCat molesta por el acuerdo alcanzado entre ERC y la CUP, además del papel que debe jugar el Consejo por la República liderado desde Waterloo por Carles Puigdemont. Lo de siempre, JxCat quiere que el independentismo dirija la estrategia desde allí, pero ERC no quiere ser dirigido con una mayoría en el Parlament y Aragonès prefiere una dirección estratégica unitaria aquí.

Ni siquiera tras la cumbre en la cárcel de Lledoners sirvió para aproximar posturas, aunque lo hicieron creer al independentismo, al resto de Cataluña y a toda España. Entonces, nuevo ultimatum de Aragonès, que dio por rotas las conversaciones y acusó a JxCat de dilatar deliberadamente la negociación, y se sentó a negociar el apoyo de los comunes.

Ante el ataque de celos o por orgullo, la CUP consiguió que ERC y JxCat volviera a sentarse a una mesa de negociación. Una vez más, parecóa que había acuerdo, y parecía que ERC había conseguido que JxCat cediera votos a Aragonès para que gobierne en solitario. Nueva decepción para el separatismo, finalmente Jordi Sànchez retiraba el ofrecimiento, tras ser criticado desde dentro de su propio partido, y exige una coalición.

De esta forma, la posibilidad de una repetición electoral está sobre la mesa y el panorama político se abriría a muchas posibilidades si, por ejemplo, el PSC ampliara su mayoría y pudiera gobernar, si ERC volvería a verse en el mismo problema de conseguir unos resultados parecidos o qué pasaría si JxCat fuese el partido más votado.

De momento, tantas idas y venidas, lo único que ha conseguido es desanimar y «cabrear» al electorado independentista.