Inicio Actualidad Pedro Sánchez se la juega en las primarias del PSOE andaluz

Pedro Sánchez se la juega en las primarias del PSOE andaluz

Tras el colosal fracaso de Ángel Gabilondo en las elecciones madrileñas Pedro Sánchez, decidió convocar las primarias en el PSOE de Andalucía. Con esta argucia el presidente del Gobierno pretendía dar un golpe de efecto que desaviase la atención del batacazo electoral en la comunidad de la capital, y, al mismo tiempo, desembarazarse de una de sus principales antagonistas en el partido: Susana Díaz.

La que fuera rival de Sánchez en las primarias del PSOE en 2017 (cita de la que terminó saliendo escaldada) ha permanecido gran parte de ese tiempo silente, lamiéndose las heridas y esperando su momento de revancha. En los últimos tiempos Díaz, al igual que otros barones autonómicos, ha ido mostrando de forma cada vez más patente su desacuerdo con algunas de las decisiones del jefe del Ejecutivo, como los pactos con Bildu o el encarecimiento del precio en los peajes de las autopistas.

El oponente de Díaz, Juan Espadas, alcalde de Sevilla desde 2015, cuelga desde el primer día con el sambenito de ser el candidato de Ferraz, como la socialista se ha encargado de recordar en cada mitin desde que comenzara la campaña hace ya una semana. «Tenemos un equipo que no tiene grandes apellidos, ni cargos, ni son ministros o ministras, pero son gente trabajadora, honesta y entregada», dejó caer Díaz en un acto esta semana. «El PSOE-A se juega ser una sucursal», deslizó en otra ocasión.

Y, aunque Espadas trate de librarse de esta etiqueta con ahínco, sin entrar al trapo, desde Madrid no han dudado en irrumpir en la campaña, a su favor. Prueba de ello es el vídeo subido este sábado por la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, defendiendo el papel que Espadas ha jugado en la política medioambiental de Andalucía desde que fuera consejero en este ámbito, con el vago pretexto de que era el Día del Medio Ambiente.

No existe ningún termómetro que permita anticipar por quién se decantarán mayoritariamente los 46.000 militantes llamados a votar el próximo domingo 13 de junio. Debido a las restricciones impuestas por la pandemia, los actos de ambos candidatos han sido casi íntimos. Ella, más cómoda en las distancias cortas, con abrazos y carantoñas, se presenta como la defensora de la auténtica libertad frente al yugo de Madrid, recordando, irónicamente, a la presidenta de esta comunidad, Isabel Díaz Ayuso. Él, con un perfil más bajo y centrado en la gestión, protagonizando, por ejemplo, encuentros con profesionales de la salud o la educación.

A una semana vista de la gran cita, ambos candidatos (con permiso del testimonial Luis Ángel Hierro) encaran la recta final de una campaña atípica, más similar a una segunda vuelta entre ‘Susanismo’ y ‘Sanchismo’ que a un verdadero debate de ideas en el seno de una formación política. La jugada de Sánchez es arriesgada. En caso de que Espadas salga vencedor, podrá decir adiós definitivamente a Díaz y ‘pacificará’ el feudo más importante del socialismo español. Pero si es Díaz la que se termina imponiendo, el presidente del Gobierno se encontrará con un inesperado competidor en el sur, que añadirá aún más presión a su debilitado mandato en el momento más crítico desde que llegó a La Moncloa.