En el Comité Federal del PSOE había un elefante en la habitación. Sánchez hizo como que no lo veía durante 44 minutos pero, al final, decidió salir al contraataque. Tres meses y dos días después de las elecciones Generales, Pedro Sánchez reconoció su bandazo y sentenció: «Por el interés de España, defiendo hoy la amnistía en Cataluña«. Su declaración fue interrumpida con un sonoro aplauso y con el Comité Federal en pie a excepción de la mayoría de delegados de la comunidad de Castilla La Mancha.
El líder socialista defendió hacer «de la necesidad virtud» y reconoció que es una medida que no estaba en su programa «para ahora». «En política, como en la vida, no puede elegirse cuando hacer los planes», sentenció desde el atril situado en Ferraz. Sánchez reconoció que la realidad cambió tras el 23 de julio, con «el mandato de los electores», y que esto obligó a alterar sus promesas, ya que «el programa electoral sólo puede ser idéntico cuando se gana por mayoría absoluta».
El líder socialista añadió que su «programa de investidura debe incorporar demandas de otros grupos políticos» y que ahí estará la medida de perdón a Puigdemont que respaldan «56 escaños en el Congreso y es «la única vía» para alcanzar el Gobierno y evitar la repetición electoral. El candidato a renovar la presidencia del Ejecutivo considera que esto es «una amplia mayoría» y una «vía para avanzar en la normalización política» en Cataluña. De la derecha no espera «ni una sola ayuda» y añadió que sólo echan «leña al fuego» como «combustible para recuperar el poder.
Sánchez volvió a defender las medidas que aplicó durante la pasada legislatura, como los indultos a Junqueras, porque «desinflamaban el conflicto». «Dije que aquel era un primer paso y que debería haber más pasos«, añadió aunque reiteró en varias ocasiones que su plan inmediato no contemplaba la amnistía que la redujo a mera medida de gracia. Incluso auguró que, muchos de los que se oponen, acabarán por darle la razón.
En un guiño a Pere Aragonés, el presidente catalán y líder de ERC, Sánchez llegó a versionar su discurso ante el Senado al asegurar que esta medida «no es un fin en si mismo» ni tampoco «el fin del camino».
La pregunta a los militantes
El Comité Federal aprobó las bases para la consulta interna a los militantes. La pregunta se aprobó no incluye ni el término amnistía, ni el nombre del partido de Puigdemont. Se limita a preguntar a los militantes si apoyan «el acuerdo para formar gobierno con Sumar» y si respaldan el «apoyo de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria». La consulta durará una semana y podrá votarse de manera telemática y en las casas del Pueblo hasta el próximo 4 de noviembre.
Sánchez solicitó el apoyo a los militantes porque tienen «un programa de país» y defendió que el PSOE no es como el PP «que baila al son que le cuentan cuatro editoriales de la derecha mediática». «Este partido pertenece a sus militantes», sentenció.
Page, en contra
Tal y como estaba previsto, el presidente de Castilla la Mancha, Emiliano García Page, acudió al Comité Federal para expresar su disconformidad con la amnistía tanto por «razonamientos jurídicos como en los razonamientos morales» y expresó sus dudas de que el independentismo renuncie a volver al punto de partida.
Una intervención que ya avanzó a su entrada a la sede de Ferraz. «Hay muchas cosas que caben en la Constitución que no casan en los principios, en los valores del Partido Socialista», añadió ante los medios donde reiteró que «es demócrata antes que socialista» pero reconoció que la gente que «votó al PSOE, votó a Pedro Sánchez».
Otros de los barones que le quedan al PSOE sí cerraron filas con la medida que los independentistas le exigen a Sánchez para mantenerse en la Moncloa. La navarra María Chivite aseguró que «todo lo que sea en el marco constitucional les parece bien» al igual que el asturiano, Adrián Barbón, que se centró en elogiar el acuerdo entre Sánchez y Díaz y añadió que votará sí en el pleibiscito interno.
Sánchez, que este jueves a la entrada del Consejo Europeo declinó responder a la prensa cuando le preguntaron la crisis migratoria, se refirió de pasada a los 20.000 inmigrantes que han llegado en las últimas semanas a las costas canarias. El presidente del Gobierno acusó al PP y Vox de promover la «xenofobia y el racismo» en el debate actual y prometió que el Ejecutivo «no va a abandonar a las islas Canarias»
