Yolanda Díaz no sabe qué hacer para saltar a los focos. La última ocurrencia trasladada ya a Pedro Sánchez no tiene mucha interpretación: pretende que la sede del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso sea declarada «lugar de memoria democrática» y que se coloque «una placa en un lugar visible para toda la ciudadanía, en la que aparezcan los nombres de las víctimas y las organizaciones de Procedencia» por «ejercer sus derechos fundamentales, por defender las libertades y la democracia».
La exigencia no acaba ahí. «Habilitar en este edificio el espacio que fuera utilizado como calabozo con los correspondientes elementos informativos y pedagógicos, que sea accesible para toda la ciudadanía y que promueva el derecho a la verdad, justicia, reparación y la garantía de no repetición de las víctimas del franquismo». Un «calabozo» dentro de la sede de Gobierno de Madrid.
También exige «promover un acto de rehabilitación democrática de la figura de Julián Grimau» para defenderlo, «más de 60 años después de su ejecución, víctima de la represión del régimen franquista en su máximo grado por defender la liberta y la democracia». También pide «la colocación de una placa en memoria de Julián Grimau en el actual edificio del Senado, en la Calle del Reloj, dónde estaba ubicado el Tribunal Militar en el que se juzgó de forma sumaria y se dictó la sentencia de pena de muerte contra Julián Grimau».
Y es que la antigua Real Casa de Correos es la actual sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Pero para Sumar, lo importante no es su función actual, sino que «fue durante los años de la dictadura franquista la sede la Dirección General de Seguridad (DGS)».
«Hasta la fecha no se ha realizado ninguna intervención concreta en el lugar en el que se desarrolló este proceso. Concretamente, en la que era sede del Tribunal militar que juzgó y condenó a Julián Grimau, en la calle del Reloj, en Madrid, dónde ahora se levanta un edificio del Senado. Asimismo, en esta sede de la Dirección General de Seguridad, fue donde se llevó a cabo el encarcelamiento de Lluis Companys tras ser extraditado por las autoridades nazis alemanas al gobierno español a principios de septiembre de 1940″, señala el argumentario de Díaz.
Y, tras los últimos vídeos de Sánchez en el Valle de los Caídos, no es descartable que valore la petición de Yolanda Díaz. Pedro Sánchez ha vuelto a tirar recientemente del franquismo. Sin previo aviso a los habitantes del Valle de los Caídos, ahora de Cuelgamuros, el Presidente del Gobierno se presentó hace escasos días en la Basílica para hacerse un tétrico reportaje vestido con un mono forense. Se fotografió delante de unas mesas con distintos tipos de huesos humanos y cráneos y en el interior de los osarios donde se acumulan restos mezclados de caídos en la Guerra Civil.
El Gobierno pasó, tras todo ello, una nota en la que aseguraba que el presidente había ido a conocer «‘in situ’ las tareas de recuperación de las 160 víctimas reclamadas por sus familiares». El presidente incluso «ha accedido al interior de los columbarios donde ha podido ver la disposición de las cajas con los restos en posición original, muy deterioradas (que como ya publicó Libertad Digital dificulta la identificación del ADN porque algunos restos están mezclados y dispersos) y las nuevas cajas, dado que se aprovecha la actuación para mejorar la ubicación de los restos», informó la nota.
