Inicio Argentina Cosecha amenazada: por la sequía ya habría fuertes pérdidas

Cosecha amenazada: por la sequía ya habría fuertes pérdidas

El campo bonaerense promedia enero atento a lo que pase con el clima. Concretamente, esperando las lluvias que se anuncian para las próximas horas y con la expectativa de que alcancen al menos para mitigar los daños que está provocando una sequía que ya afecta a los cultivos de maíz y de soja y cuyo impacto es hasta el momento incierto, aunque ya hay quienes temen que alcance la magnitud de la campaña 2017/2018.

La mayor preocupación es que ni las lluvias alcancen para detener lo que ya muchos interpretan como un seguro golpe, no sólo a la producción agropecuaria, sino también, indirectamente, al nivel de actividad y a los niveles de empleo de muchos municipios del interior.

En diálogo con este diario desde distintas entidades rurales creen que todavía es temprano para hacer números sobre las potenciales pérdidas. Pero ya están en condiciones de establecer un mapa de los más perjudicados de la Provincia de Buenos Aires, que incluyen a varios partidos del norte bonaerense (incluidos Junín, Rojas, Salto, Pergamino, Arrecifes) y otros de la cuenca del Salado.

“Hay lugares donde ya lo han perdido todo. Y muchos de los productores que trabajan con insumos a cosecha van a terminar con un fuerte endeudamiento”, dice, por caso, en diálogo con este diario, Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina.

Se habla de dos años seguidos en los que la merma de las lluvias alcanzó al 30%, lo que agrava la situación de los productores de los partidos más afectados.

Y de dos cultivos que serán los que, por la época del año, resultarán más impactados por la coyuntura: la soja y el maíz, aunque ya se piensa que la crisis también puede alcanzar a las pasturas y forrajes y afectar también, por tanto, a la ganadería, más allá de lo que ya la afecta la dificultad para conseguir agua para los animales.

Claro que la sequía no afecta sólo a la Provincia de Buenos Aires: su alcance es nacional y algunas de sus expresiones más dramáticas se viven por estos días en provincias como Entre Ríos, donde el impacto del fenómeno climático ya es calificado como histórico (ver aparte).

Mientras desde las entidades del sector piden que se declare la emergencia considerando el estado de situación, durante la última semana se difundieron las primeras estimaciones de las pérdidas que podría arrojar la actual campaña.

La primera evaluación la hizo la Bolsa de Comercio de Rosario, que estimó que a las 56 millones de toneladas que se proyectaban para el caso del maíz hace un mes, la contingencia climática las redujo a 48 millones.

La entidad rosarina advirtió que los productores tendrían una pérdida de 2.926 millones de dólares hasta el momento, lo que impactará en una caída del PBI argentino de 4.799 millones de dólares. Para el estado nacional también representaría dejar de recaudar 1.038 millones de dólares en materia de derechos de exportación.

La sequía impacta sobre todo en el maíz temprano y en la soja de primera.

En la presente campaña, el maíz temprano ocupa 47% de las 7,3 millones de hectáreas que estima la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. El maíz tardío, que todavía se está sembrado, abarca el 53%.

En el caso de la soja, la implantada de forma temprana representa el 80% de las 16,4 millones de hectáreas que se prevén ahora y que son 100.000 menos que al inicio de la campaña. Pero todavía puede salvar rinde por tratarse de una planta más chica y cuya ventana de siembra empieza en octubre.

Los lotes regulares de soja crecieron del 10 al 30% después de las temperaturas extremas.

En el caso del maíz , la condición regular o mala creció del 27% al 51% en una semana, mientras que un 35% se considera bueno y un 14% es de condición muy buena.

Pérdidas irrecuperables

La sequía “está pegando muy duro” al punto que “hay pérdidas irrecuperables” en gran parte del territorio bonaerense, dijo esta semana el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), quien agregó que “la cosecha está muy complicada”.

“Hay pérdidas irrecuperables, sobre todo en el maíz, que en el mes de enero necesita mayor cantidad de agua. La soja tiene más probabilidades (para soportar la falta de lluvias) pero indudablemente también va a afectar la cosecha”, dijo el titular de Carbap.

Se refirió además a la forma en que la falta de agua afecta también a la ganadería.

En este caso, “el gran inconveniente es el achicamiento de los campos porque las pasturas no vuelven. Un día de calor como hoy (por el viernes), un animal adulto puede consumir hasta 80 litros de agua, por lo que los productores tienen que estar atentos”, señaló.

El dirigente planteó que esperan ayuda del gobierno bonaerense a través de la Ley de Emergencia, sobre la que pidió modificaciones porque consideró “que no es práctica”.

Además, señaló que la “merma en la cosecha no sólo genera inconvenientes para los productores” sino también al país “porque habrá un menor ingreso de divisas”.

Para Salaverry, “el grueso de ingresos de divisas se produce en abril a través de la cosecha y la baja en toneladas puede complicar la situación cambiaria en el país”.

Por su parte, en diálogo con este diario Pablo Ginestet, vicepresidente de Carbap, dijo que “el estado de situación es muy preocupante, no sólo en la Provincia de Buenos Aires, sino en otras provincias, como Santa Fe o Entre Ríos”.

La situación se agrava porque son dos los años que se suman con bajas precipitaciones.

“Si tomamos como ejemplo el norte de la provincia de Buenos Aires, con partidos como Junín, Rojas, Pergamino , Arrecifes, Chivilcoy, Alberti o Pila, el año pasado ya habían tenido hasta un 30% menos de precipitaciones y esa situación se repite este año. A veces las napas ayudan a paliar este escenario, pero cuando hablamos de dos años en los que llovió la mitad de lo que llueve normalmente, las napas también están bajas”.

Ginestet indicó que ese está pidiendo a los municipios que monitoreen situaciones y evalúen los daños.

Desde las entidades, en tanto, “se va a pedir la declaración de emergencia nacional y provincial, si bien son escasos los beneficios y las herramientas que ofrece para que los productores amortigüen el impacto climático”, sostuvo.

En tanto, ayer, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, recorrió las regiones afectadas por la sequía en la zona núcleo, dialogó con productores y afirmó que el Gobierno trabaja en “soluciones concretas” en conjunto con los gobiernos provinciales para “la actualización del fondo de emergencia” (ver más información en página 9)

El titular de la cartera agropecuaria agregó que: “Estamos en el proceso de evaluación de las pérdidas”.