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De la UNLP a la UBA, tras los aplazos en Medicina

De la UNLP a la UBA, tras los aplazos en Medicina

la facultad de medicina viene de una semana agitada por los bochazos

“Por eso me fui y arranqué de cero en la UBA, después de tres años en La Plata”. El comentario de Bautista Parma, sobre una publicación en redes sociales que refería a los bochazos de la última semana en la facultad de Medicina de la UNLP, acaso sirva como testimonio de algún desencanto estudiantil que por estas horas llega desde 60 y 120. Pero también, como una señal de alarma para nada aislada.

Como Parma, son varios los que, habiendo iniciado su recorrido en Medicina de la UNLP, evalúan continuar (o arrancar de nuevo) en otra casa de estudios, como la UBA. “Pensando seriamente en hacer lo mismo”. “Yo estoy en la misma”. “Voy por el mismo camino”. “También yo”, coincidieron ante este diario jóvenes que prefirieron mantener sus nombres en reserva.

Pero, ¿qué los lleva a replantearse el rumbo? La extendida virtualidad de las cursadas que, a dos años de las pandemia, todavía persiste en la mayoría de las cátedras o las clases presenciales masivas, espaciadas y con poca carga horaria que terminan impactando en la calidad de la enseñanza de los futuros médicos aparecen entre las principales razones de los alumnos. Para ellos, los aplazos masivos que, como dio a conocer este diario, alcanzaron al 80% de los estudiantes que rindieron en Anatomía C, Infectología y Obstetricia son la punta de un iceberg mayor que no se reduce a la impericia en un parcial.

Así lo cuenta por ejemplo Bautista Parma que, recuerda, arrancó a cursar en la UNLP en 2018: “Ese también fue un año crítico para la facultad, porque fuimos muchos ingresantes de golpe. Éramos como 8.000 y entonces ya empezó mi experiencia un tanto insatisfactoria”, dice Parma sobre el fenómeno de una unidad académica que, desde que se quitó el examen de ingreso en 2015, pasó de recibir a unos 350 alumnos por año a un promedio de 8.000 en la actualidad. Con más de 33.000 estudiantes, Medicina es la facultad más populosa de la UNLP.

Parma, que es de Berazategui y tiene 22 años, dice que en estos tres años en La Plata buscó por todos los medios adaptarse a las condiciones de cursada. Pero no pudo. Evoca que allá por 2018, cuando ingresó, le tocó hacer “una especie de curso de ingreso fantasma, porque era optativo y podías presenciar algunas materias fundamentales para la carrera. Pero resulta que si querías estar en esas cursadas, era tal la cantidad de gente que tenías que hacer tres horas de fila afuera para poder entrar. Cursábamos en la calle porque no había lugar en la facultad”, advierte, hace cuentas y reflexiona: “Nos decían que había capacidad para 1.200 personas y solamente los ingresantes éramos 8.000. Era imposible”.

La experiencia “caótica” para Bautista continuó a lo largo de la carrera. Por ejemplo, en Anatomía, una materia troncal del 1º año en la que ver y palpar preparados anatómicos resulta esencial a la hora de un examen. “Teníamos una cursada cada 15 días, éramos muchísimos ‘matándonos’ para entrar y tratar de estar adelante de todo, porque sino quedabas atrás y no veías nada”, apunta sobre la materia en la que días atrás desaprobaron 800 de 1.000 alumnos, entre otras cuestiones, por no saber reconocer una vena, un músculo o una arteria.

Parma cuestiona que en la Facultad haya voces que digan “que los alumnos no estudian, que no les interesa y por eso desaprueban”. En cambio, dirige las críticas a las problemáticas condiciones de cursada en Medicina. Algo que, advierte, se agravó durante la pandemia: “Las clases empezaron a ser más espaciadas y cortas de lo que ya eran. Los contenidos que veíamos eran muy superficiales, en videos con clases viejas grabadas y sin instancas de consulta. La verdad es que yo y muchos de mis compañeros nos sentimos solos, sin contención por parte de los docentes ni de la Facultad, lo que después se terminaba reflejando en los resultados de los parciales”.

Frustrado por esa experiencia fue que el año pasado se decidió por la UBA y se anotó en el Ciclo Común Básico (CBC) que, a diferencia de lo que ocurre en la UNLP, deberá aprobar antes de ingresar a Medicina. “Es algo mucho más organizado y controlado”, afirma y que quiere “volver a intentarlo”.