La Secundaria 88 de Villa Elisa está pasando por uno de sus peores momentos. Esta madrugada el edificio de 421 y 3 se incendió y perdieron todo lo que había dentro de la sala de profesores. Para colmo de males el establecimiento corre peligro de derrumbe, por lo que se suspendieron las clases para los 280 alumnos que concurren, entre los dos turnos.
«Perdimos todo. En la preceptoría había libros, computadoras, televisores, DVD… Se quemó todo, perdimos el mobiliario y todos los elementos que utilizamos día a día», le contó Paola a EL DIA.
El sector que ardió está ubicado en el corazón del edificio y también funcionaba como biblioteca, por lo que allí se guardaban materiales altamente inflamables. Es por eso que a raíz del enorme calor se resintieron los cimientos y los expertos aseguraron que puede venirse abajo toda la estructura.
Incluso dentro de esa sala se acumulaba ropa, que también pudo haber ayudado a una mayor combustión. Es que los chicos, además de las clases, perdieron el desayuno y la merienda ya que pese a que la escuela no cuenta con comedor, los docentes se la rebuscan para hacer un «roperito», vender las prendas y con el dinero recaudado afrontar una dura realidad del barrio, en el que en muchos hogares el alimento escasea, según contaron. Es por es que hace un tiempo decidieron afrontar la problemática y dar una mano solidaria. «Los chicos estaban con hambre y había que buscar una alternativa para que puedan comer», contó Paola.
Si bien desde la Secundaria 88 aseguran que hay «muchas versiones» acerca del origen del fuego y descartaron que se haya tratado de un robo, todos coinciden en que fue un incendio intencional. «Estamos esperando los peritajes», sostuvieron ante la consulta de este diario.
En el lugar se hicieron presentes esta mañana representantes distritales y regionales, como así también el inspector. Todos esperando una solución a este golpe que recibió la comunidad educativa de Villa Elisa, la cual hace esfuerzos para que a los chicos no les falte nada. Ahora el fuego les hizo dar varios pasos atrás de lo mucho que habían avanzado. «Más que nada nos duele la pérdida del trabajo que veníamos haciendo porque era una colaboración de todos», contó, apenada, la preceptora, quien además reconoció que hubo padres que se acercaron para ofrecer su ayuda..
