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Así fue el foro sobre los 20 años de las peores tomas guerrilleras

«Uno sabe que la vida se ha vivido cuando se tienen recuerdos». Esta frase, pronunciada por el sargento César Augusto Lasso, fue con la que la subeditora de EL TIEMPO, Jineth Bedoya Lima, dio inicio al Conversatorio con sobrevivientes de las peores tomas de las Farc en el especial #MemoriasDeLaGuerra. 

Este espacio contó con los exmiembros de la Fuerza Pública que vivieron en carne propia las tomas guerrilleras en Guaviare, Caquetá, Vaupés y Meta durante el año 1998. Un año que dejó a más de 500 militares y policías secuestrados y afectaciones a la población civil.

«Queremos recordarles, porque es necesario hacer memoria. Y es lo que desde el periodismo queremos hacer en memoria de todas las víctimas de las tomas guerrilleras de 1998», señaló Jineth Bedoya. 

El primero de noviembre de 1998 selló uno de los años más trágicos en la historia de Colombia. Ese día, más de mil guerrilleros de las Farc se tomaron la estación de Policía de la ciudad de Mitú (Vaupés), con un saldo de 16 policías, 24 militares y 11 civiles muertos; 38 militares y 9 civiles heridos y 61 policías secuestrados.

Esta toma fue antecedida por otros ataques en Miraflores (Guaviare), Uribe (Meta), El Billar (Caquetá), Pavarandó (Urabá antioqueño) y Las Mercedes (Norte de Santander) con un saldo, además de las víctimas fatales, de 261 militares y policías secuestrados

En el evento se realizó el estreno del documental Memorias de la Guerra, 20 años de las peores tomas guerrilleras, en el que se recopiló la información con secuestrados, afectados y periodistas que cubrieron las tomas de ese año.

El general Alberto José Mejía, comandante de las Fuerzas Militares, pronunció unas palabras durante el conversatorio donde resaltó lo que ese año marcó para el Ejército y cómo hoy, 20 años después, la Fuerza Pública se encuentra fortalecida y mejor preparada.

«En las Fuerzas Militares y en la Policía Nacional, estos ataques se convirtieron en una gran cicatriz, pero tenemos todos un compromiso de trabajar por la memoria histórica. Los soldados de hoy nacieron después de esta toma y debemos conocer por qué es necesario seguir luchando», dijo el general Mejía. 

El cierre del evento contó con los testimonios de los miembros de la Fuerza Pública que estuvieron hasta 14 años secuestrados. Además, la conversación entre un exmilitar secuestrado y el editor Luis Alberto Miño, quienes protagonizaron una historia de un rescate tras la toma de Miraflores.

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