Inicio Colombia De infancia y calles duras a mamás modelos en el Cali Exposhow

De infancia y calles duras a mamás modelos en el Cali Exposhow

No ha sido sencilla la existencia de Sayori e Ivanna, con infancias rodeadas de aprietos y miedo, pero sus historias reflejan cómo avanzar para conquistar los sueños en el modelaje.

Cuando abraza a su hijo, Sayori Usuriaga deja atrás cualquiera de sus historias del pasado y se eterniza en la alegría de pensar que él nunca pasara por los días que sufrió cuando era niña y adolescente.

La familia de Sayori llegó desde Buenaventura a Cali a buscar un destino. Recuerda que en un cuarto de inquilinato del humilde barrio El Calvario, del centro caleño, tuvo que aceptar que sus papás no vivían juntos.

Allí vivía con su padre, al que acompañaba a vender jugo de naranja. Pero ella pasaba ratos con amigas que conoció en esas calles y que la hacían sentir en casa. Otras veces iba a visitar a su mamá en el barrio Mojica, en el Distrito de Aguablanca, oriente de la ciudad.

Tenía 7 años cuando su padre, que si llegaba tomado le soltaba reproches, le pegó al saber que ella había dicho que la maltrataba. El alboroto hizo que llegara la Policía y fue a dar a un hogar sustituto

Ella estaba entre esos pequeños huérfanos, indefensos, vulnerables y ansiosos de sentir las amorosas manos de una familia, a la que conoció en la Fundación Juvenil Bosconia. Detrás de un romance adolescente pasó por situaciones hasta de riesgo.

Ahora, después de que han transcurrido 17 años para convertirse en una mujer alta, de ojos expresivos y cuyo cuerpo esbelto y delgado le permitió llegar con éxito a las pasarelas, quiere que lo más importante en su vida, su hijo, de 19 meses de nacido, reciba todo el amor de una madre para que no viva los embates que la golpearon desde su infancia, pero que la fortalecieron en su empeño de crecer como ser humano.

Aunque no había contemplado la idea de ser mamá, su pequeño Andrés Felipe la transformó y la motiva a seguir luchando por forjarse un mejor futuro. Lo viene haciendo desde hace seis años, cuando se volvió una modelo con potencial de brillar cada vez más alto.

Su carrera la inició en el 2012, cuando viajó ocho horas desde Cali por carretera para hacer su primer ‘casting’ en Medellín y nada menos que ante Haider Ackerman, el diseñador colombo-francés, encargado de abrir la pasarela de Colombiamoda.

Sayori cuenta que la modelo con la que compartió cuarto se burló de su presencia y hasta la escondió la cédula. Pero cuando Ackerman la vio desfilando le dijo en un inglés: perfect.

En su salida a escena, atendió el consejo de una ayudante del diseñador que le dijo que en esos 30 segundos se olvidara del pasado y mostrara su sangre latina: Al finalizar, las modelos la envolvieron en abrazos y felicitaciones.

Allí fue, incluso, calificada como la modelo revelación, como también lo ha sido en anteriores versiones del Cali Exposhow. Este último, en su versión número 18, se realizará del 26 al 29 de septiembre próximos.

Lo de ser madre también ha tenido sus momentos de aprendizaje y hasta un cambio en algunas de sus actividades. Sabiendo que de ella depende el gran amor de su vida asumió el embarazo como un proceso de total dedicación, para mantenerlo a su lado y no recibir llamados.

“Tuve que alimentarme adecuadamente, además, en este estado uno tiene alimentar bien al bebé”, sigue narrando. Repite que su niño es lo más importante y, por eso, después del parto, cuando bajó mucho de peso, se concentró en recuperarse físicamente y en seguir consejos para amamantarlo de manera adecuada.

Sayori Usurriaga inició su carrera en el modelaje desde el 2012 y ahora continúa en esta versión 18 del Cali Exposhow

Foto:

Hugo Giraldo

“Estar con mi bebé es muy bello y me da tiempo para trabajar. Es lo mejor, me está yendo bien, estoy con él y los dos estamos en un crecimiento”, dice la joven bonaverense que afirma sentirse ciento por ciento caleña.

En la conversación, su rostro deja escapar una que otra sonrisa, tan blanca que contrasta con su piel de color ébano. Al hablar de su hijo lo hace segura y con firmeza. Su bebé conforma todo su hogar. Ambos viven en un apartamento en Palmira. Dice que está separada del padre del menor, pero asegura que tiene una muy buena relación con él. “Es muy responsable y me ha colaborado”.

Sobre su carrera, Sayori había planeado hace un año un viaje a Europa con el diseñador Haider Ackerman, sueño que pospuso por el momento y de tener contratos como modelo a nivel internacional, porque está disfrutando su rol de ser mamá de manera plena.

“Cuando estoy trabajando, una amiga cuida a mi bebé. Es como la ‘tía’ (risas) y ella tiene cuatro hijos que juegan con él hasta que yo llego”, cuenta.

Todo lo que hace en su trabajo es por Andrés Felipe y ahora sus sueños se orientan en no solo ser modelo, sino en ser una empresaria. De nuevo deja salir una sonrisa, pero sin perder su firmeza. Está optimista y otra vez vuelve a sonreír.

“A futuro quiero tener un negocio. Voy a poner un almacén de ropa, y fuera de eso me voy a meter más en este mundo con una peluquería”. Dice que el almacén lo quiere crear por su propia cuenta. Recalca que será su nuevo proyecto personal. En cuanto a la peluquería, la planea en compañía. “Tengo esos dos proyectos a corto plazo”, añade.Sayori estuvo en la selección de los modelos, entre hombres y mujeres, que participarán en el Cali Exposhow, a finales de este mes. Con ella también fue seleccionada su amiga Ivanna Sandoval, quien también es de Buenaventura, pero vive en Cali desde que tenía 6 años. Ella también es mamá.

Desde que era niña, a Ivanna siempre le gustó la vida del modelaje. Le gustaba cómo se veían aquellas modelos en las revistas, luciendo trajes exclusivos de diseñadores famosos y sus imágenes en las pasarelas.

A los 6 años, su papá vio que tenía potencial para convertirse en aquellas mujeres de revistas y la estimuló para que a partir de esa edad se fuera involucrando en ese mundo de la moda y la elegancia. Fue así que por ir detrás de ese anhelo, su familia se mudó a Cali, donde inició esta carrera de posar ante cámaras y de modelar. Siempre modelar.

Pero Ivanna recalca que ha sido bastante duro, sin perder el empeño que se debe tener para dar una buena impresión a los diseñadores.

“Es muy difícil. La gente cree que es un pasatiempo o una afición y que es muy común, pero no es así, es una carrera”, afirma Ivanna, seria y con orgullo. “La competencia, agradarles a los diseñadores, ¡todo es un reto y hay que luchar por eso!”.

Ivanna también cuenta que tuvo que desistir del modelaje en dos ocasiones. La primera, cuando no pudo ingresar a una academia local de la ciudad. No la aceptaron y le dijeron que era por la edad, que estaba muy pequeña y que entraban jovencitas de 16 años en adelante. La segunda vez fue debido al dolor que le produjo la desaparición de un familiar muy cercano. Sin embargo, dice que esta persona se le apareció en un sueño y le pidió que siguiera con el modelaje, que no desfalleciera. “Me dijo que regresara y que le gustaba verme como modelo”, sigue contando.

Por ello retomó su camino, pero también desea estudiar. Le gusta la carrera de atención a la primera infancia y su hija, Emily, de 6 meses, es el motor que la impulsa en este propósito académico.

“Mi bebé es hermosa. La adoro con todo mi corazón y por ella hago de todo”, comenta Ivanna con ternura y amor maternal, como lo hace Sayori cuando habla de su niño.

Ivanna y su pequeña Emily compartiendo un lindo rato en familia.

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Entre redes

lla estuvo entre tantas víctimas del conflicto armado. De niña usaba calles de Buenaventura como escenario para modelar.

Amaba a su padre. Para él, Ivanna ‘era la princesa de la casa. Días después, buscando un mejor empleo para sostener a su familia, un pariente viajó al Chocó a trabajar en una mina, de repente el rumor corrió por la selva. Al hombre lo desaparecieron.

Les dijeron que lo habían desmembrado, que la lengua la habían tirado a un río, que sus manos las habían cortado. Esa noticia fue dura para Ivanna a sus 11 año y dejó las pasarelas. Pero volvió en recuerdo de su padre fallecido.

Sayori e Ivanna no solo se imponen como modelos en las pasarelas, también son unas mamás ‘modelos’ para quienes sus hijos son la luz de sus vidas y por quienes continúan luchando a diario, al tiempo que buscan alcanzar sus metas profesionales.

CALI