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Inmersión de Wim Wenders: Conjurar la oscuridad

En lo más profundo del océano hay una vida que existe sin luz como se dice en Inmersión, la última película de Wim Wenders. Y nos negamos a valorar lo que hay allí porque está oscuro. Pero lo que pasa en el fondo marino tiene mucha importancia para la sobrevivencia humana.

Tanto la novela homónima de J.M. Ledgard (corresponsal de The Economist)- en la que se basa la película- como la adaptación, hablan de la oscuridad en sentido real y metafórico: La oscuridad del fondo del mar y la de la violencia y el fanatismo religioso. En la novela la parte islamista es la que predomina. Para su adaptación a la pantalla el cineasta alemán Wenders le concede más importancia a la historia de amor, a la luz.

Pensé que había demasiada oscuridad en el libro, en el planeta y en el alma –explica Wenders–, y creí que tenía que equilibrarlo siguiendo esa frase de Luther King que dice “no puedes luchar en la oscuridad con la oscuridad. Como cineasta lo que yo puedo hacer es poner un poco de luz en el mundo”.

Wenders es uno de los grandes nombres del cine alemán con una carrera que abarca cinco décadas. Su obra se mueve entre el documental (Buenavista social Club, Pina, La sal de la tierra) y la ficción (Paris Texas, El cielo sobre Berlin, Todo saldrá bien). Con Inmersión sigue siendo coherente con la intención de apostar por un cine humanista que invite a pensar.

No puedes luchar en la oscuridad con la oscuridad. Como cineasta lo que yo puedo hacer es poner un poco de luz en el mundo

Inmersión trata de mover a una reflexión sobre la necesidad de integrarnos, de entender -por fin- que todos estamos relacionados como en el poema de John Donne, citado en la cinta, Por quién doblan las campanas: “Ninguna persona es una isla (…).La muerte de cualquiera me disminuye, porque me encuentro unido a toda la humanidad”.

La película es un drama romántico entre dos seres de mundos muy diferentes. Danielle es una bio-matemática (la sueca Alicia Vikander) que investiga las profundidades marinas para entender la vida. James es un agente de los servicios secretos británicos (el siempre excelente James McAvoy) que pretende combatir el terrorismo yihadista. Ambos se dedican a actividades riesgosas.

La historia está contada en flashbacks para comparar presente y pasado. Las escenas de la pareja se siguen con interés y van a establecer un doloroso contraste cuando James y Danielle estén separados. Cabe resaltar la mirada a los Yihadistas como personas que creen en algo. Y aun cuando le resulte imposible compartir sus creencias, el director vio necesario tomarlos en serio.

Es probable que esta película no sea muy significativa en la extensa filmografía de Wenders, pero ojalá puede servir para hacer un alto: para pensar y, ojalá, actuar. Pues urge hacer algo ya para preservar el planeta y conjurar la oscuridad.

Martha Ligia Parra
Columnista y crítica de cine
Medellín