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Jóvenes de Aguablanca usan punto tecnológico para producir película

Aprovechando la tecnología que tienen en el barrio, un grupo de jóvenes de la Calle del humo, una cuadra de 20 metros de longitud, en el extremo oriental de Cali, decidieron empuñar una cámara de video para ‘disparar’ sus sueños de contar historias. Con eso están haciendo todo lo contrario a lo que realizan a diario otras personas del sector, que empuñan armas de fuego para destruir sueños.

Esta calle del barrio Desepaz, en el distrito de Aguablanca, tiene el infortunio de ser conocida por las balaceras que en un día pueden dejar hasta dos muertos. Pero estos jóvenes, que representan los sueños de unos 200 muchachos que viven en la zona, decidieron mostrar otra realidad.

“Es verdad que hay personas de no muy buen corazón que disparan, pero somos muchos más los que nos dedicamos a estudiar y a trabajar”, cuenta un menor de 14 años que trabaja en la producción de la película ‘La calle del humo, una nueva conciencia’, que ellos mismos han trabajado y editado en los 30 computadores que tiene el Punto Vive Digital que el Ministerio de las TIC abrió en la Biblioteca Cultural Desepaz.

En este proceso de quitarse esa marca por la violencia hay desde niños hasta jóvenes de 25 años, que han contado con el acompañamiento de Darwin Zúñiga, un caleño a quien los nuevos realizadores ven más como a un amigo que como el funcionario a cargo de la Biblioteca y del Punto Vive Digital.

En los Puntos que se han instalado en Cali, el Gobierno ha realizado inversiones superiores a 10.000 millones de pesos, y la Alcaldía y la empresa privada, unos 5.000 millones de pesos adicionales. Solo en Desepaz, la inversión supera los 1.500 millones de pesos.

Este servicio tecnológico se complementa con el que ofrece la Biblioteca Cultural, que incentiva la lectura entre unas 300 y 400 personas cada día. De hecho, los jóvenes de Desepaz, entre ellos los de la película, empezaron por leer sobre rap y ‘reggae’, para hablar un poco de su identidad, y hoy ya tienen un sencillo.

Pero en el punto tecnológico no solo se trata de brindar servicio de computador de manera gratuita, también se dictan talleres sobre emprendimientos, tanto laborales como culturales. “Esto ha sido un trabajo de construcción de tejido social”, dice Darwin, tecnólogo en sistemas, a quien a sus 35 años se le hincha el pecho de ver que sí es posible cumplir sueños, a través de producciones audiovisuales.

Por ahora, la película es la apuesta más grande que ha unido a esta comunidad soñadora y emprendedora del barrio Desepaz, enfocando a su gente en sus casas y en sus trabajos, con escenas editadas en el Punto Vive Digital y dentro de las paredes de la Biblioteca Cultural.

Una vez finalizada la película, estos jóvenes esperan realizar “una gran ‘premier’ ” en homenaje a todos los habitantes de su barrio, pero sobre todo de la convulsionada Calle del humo.

CAROLINA BOHÓRQUEZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Cali
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