Se espera que en este primer trimestre del año salga la convocatoria para que Buenaventura tenga su segunda línea de energía, la que no tiene fecha es la planta de regasificación que también estaría en este puerto, aunque se esperaría que entre a operar en el 2023 o el 2024.
El director de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), Ricardo Ramírez, dijo que la segunda línea a Buenaventura se encuentra en estructuración.
“Busca atender dos necesidades: Tener una entrada adicional al puerto y, eventualmente, permitirá que se pueda localizar generación adicional. En este momento, en el sector, estamos próximos a juntar dos subastas de mucho interés, la subasta de contrato de energía a largo plazo para energía renovable y la subasta de cargo por confiabilidad. Hay proyectos en el puerto que están aplicando a la subasta de cargo por confiabilidad y esa línea va a permitir que se pueda conectar una capacidad instalada interesante para el puerto y el suroccidente”, dijo el director de la UPME durante su participación en el foro ‘El desafío de la infraestructura de servicios públicos’, organizado por la Cámara Colombiana de la Infraestructura, seccional Occidente.
Este es un proyecto que el Valle esperaba estuviera listo en el 2015, pero las consultas previas (eran 11 comunidades) no lograron avanzar.
“Busca reforzar el único circuito que alimenta al puerto con una línea adicional que viene de la subestación San Marcos a una nueva subestación que tendrá Buenaventura, la subestación Pacífico. Con esta obra ya el puerto va a quedar con doble alimentación y con la confiabilidad que merece este sitio y con una capacidad que permite no solo llevar energía al puerto, sino también sacarla”, señaló el funcionario, quien agregó además, que se solicitarán garantías para abrir la convocatoria.
Esta línea está proyectada para que entre en operación en noviembre del 2023.
Luisa Fernanda Lopera, directora (e) CCI seccional Occidente y Ricardo Ramírez, director de la UPME.
Hugo Giraldo
En estudio se encuentra la línea que interconectaría la subestación Alférez-Quito. Lo más probable es que este año la UPME haga una recomendación específica sobre su conveniencia. Los ecuatorianos han desarrollado una capacidad hidroeléctrica que les permite pensar en exportar energía de la cuenca amazónica.
También se busca traer energía al suroccidente desde Antioquia con la línea subestación Medellín-La Virginia-San Marcos, pero la dificultad es que atraviesa zona cafetera y la zona donde se practica el parapentismo en el Valle.
Otro proyecto es la línea Quimbo-Alférez que traería energía del Huila a la región.
La planta regasificadora
Según la UPME, la planta regasificadora para el Pacífico sigue dentro del proceso de convocatoria.
La ministra de Minas, María Fernanda Suárez, ha pedido una mayor claridad sobre el proyecto.
“Estamos trabajando en eso y, sobre todo, en que buena parte de la planta sea cubierta por generadores termoeléctricos; en el papel, con los incentivos tributarios que existen, es viable y estamos en cómo se materializa esa participación de los generadores térmicos para que el resto de usuarios puedan beneficiarse con un cargo menos para pagar esa planta”, señaló el director de la UPME.
El mensaje es que esa infraestructura va, nos hemos tomado un tiempo que esperamos, pronto, reactivemos el proceso
Al sector industrial le ha preocupado quién pagará esa planta.
Lo que se busca es que los térmicos participen en la propuesta, como pasó con la planta gasificadora en el Atlántico, se paga por cargo de confiabilidad con un esquema a 10 años.
“Si se logra hacer eso, muchas de las preocupaciones se pueden atemperar, cuando resolvamos ese tema pensaría que ya está abonado el terreno para abrir la convocatoria, esperamos que sea pronto, la verdad”, dijo el funcionario.
Este año la UPME espera terminar un estudio sobre los nuevos usos del gas natural licuado. Una posibilidad es el transporte de carga, como ocurre con la flota de los supermercados de la cadena estadounidense Walmart, por ejemplo, o para transporte marítimo y poder llegar a ciertas poblaciones que, por su distancia o su tamaño, un gasoducto no resulta viable.
