Inicio Comunicación Ana intenta impresionar a Ángel en ‘First Dates’ con una actuación de...

Ana intenta impresionar a Ángel en ‘First Dates’ con una actuación de majorette que casi termina en tragedia

First Dates‘ abre sus puertas a varios pretendientes que buscan encontrar a su media naranja. Esta vez, Ana, una joven de 30 años, acudía al programa de Carlos Sobera no solo con la intención de encontrar el amor, sino de sorprender a su cita con un espectáculo de majorette. Lo que no se imaginaría es que su encuentro con Ángel pudiese acabar en tragedia.

Ana demuestra sus habilidades como majorette en 'First Dates'

Ana demuestra sus habilidades como majorette en ‘First Dates’

La auxiliar de enfermería explicaba durante su paso por el dating show: «Llevo practicando majorette desde los ocho años, mi hija ahora tiene nueve y también lo hace. Y estuve hasta los diecisiete años, mi afición me vino porque mi madre era la que llevaba el club». La joven le refería a Lidia Torrent que su verdadero problema se encontraba en que «todos los tíos que he conocido buscan lo mismo: un pinchito. Pero yo no soy de eso. Yo ahora no busco eso, sino una relación estable«. Ana busca a alguien que esté dispuesto a amarla, pero, sobre todo, que aceptase a su hija, de nueve años.

Ana se presentó con un bastón de majorette en el restaurante y Torrent le animó a realizarle una presentación a su cita nada más entrase por la puerta, ya que, minutos antes, les había enseñado al equipo del programa sus habilidades como bastonista. Ángel, un tapicero de 33 años, entró algo sorprendido al local y sin llegar a acercarse a la barra contempló el espectáculo que su compañera de mesa le preparó. La demostración tuvo un comienzo asombroso; sin embargo, el espectáculo aéreo no acabó precisamente bien, pues el bastón de Ana salió disparado hacia la barra y no dio a ningún camarero de casualidad.

Final feliz

«Pensaba que era un espectáculo que me estaban haciendo. Pensaba que no era mi cita, la verdad», confesaba el chico a cámara, sin comprender el motivo por el que su cita le había recibido así. El resto de la velada transcurrió sin apenas ningún altercado y la pareja pareció congeniar a las mil maravillas. Ambos decidieron volver a quedar y tener una segunda cita fuera del restaurante, una dulce decisión final que sellaron con un beso en los labios.