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'Barbijaputa', la feminista radical de Ignacio Escolar, inicia ahora una cruzada contra Pérez-Reverte

Guerra abierta entre el escritor Arturo Pérez-Reverte y ‘Barbijaputa’, esa colaboradora de Eldiario.es, que dirige Ignacio Escolar, y que actúa de especie de guardiana de las esencias del feminismo más radical–La izquierda radical se viene arriba con el puñetazo : «Mariano, sé fuerte, ¡que la gorda te la llevas el 20-D!»–.

Como uno y otro acostumbran a no morderse la lengua y ser meridianamente claros a la hora de formular sus postulados, a buen seguro que esta primera batalla desembocará en ulteriores enfrentamientos–Una colaboradora de Nacho Escolar: «Hitler era un cabrón por cargarse judíos y un cutre por no acabar el trabajo»–.

Todo viene a cuento de una columna publicada por Pérez-Reverte en XL Semanal, donde colabora semanalmente, y que se titula ‘No era un señora‘.

El escritor cuenta un hecho real que protagonizon una mujer cualquiera y él mismo, que se apartó para cederle el paso en la puerta de entrada de una librería. Un gesto que fue recibido por ella de mal modo, puesto que le reprendió por ello: «Eso es machista».

Habría querido disponer de tiempo, por mi parte, y de paciencia, por la de ella, para decir lo que me hubiera gustado decirle.

Algo así como se equivoca usted, señora o lo que sea. Cederle el paso en la puerta, o en cualquier sitio, no es un acto machista en absoluto, como tampoco lo es el hecho de no sentarme nunca en un transporte público, porque al final acabo avergonzándome cuando veo a una embarazada o a alguien de más edad que la mía, de pie y sin asiento que ocupar.

Reverte argumenta:

Cederte el paso no tiene nada de especial porque es un reflejo instintivo, natural, que a la gente de buena crianza, y de ésa todavía hay mucha, le surge espontánea ante varones, hembras, ancianos, niños, e incluso políticos y admiradores de Almodóvar.

Ni siquiera es por ti. Ni siquiera porque seas mujer, que también, sino porque la buena educación, desde decir buenos días a ceder el paso o quitarte la puta gorra de rapero, si la llevas, facilita la vida y crea lazos solidarios entre los desconocidos que la practican.

Pues ‘Barbijaputa’ se ha escocido en su púlpito y ha acudido rauda a contestar al afamado escritor en una columna publicada en Eldiario.es.

En ella, la colaboradora antepone cuales son las circunstancias de una mujer cualquiera que bien pudiera ser la protagonista del texto de Reverte y que le acabó llamando «machista», como encargarse de las niñas, compaginarlo con el trabajo, sortear a un compañero de oficina que quería darle un masaje y lidiar con aquellos superiores que le hacen de menos.

Estaba a punto de entrar en la librería cuando coincidí en la puerta con un señor. El caso es que me sonaba. ¡Claro! Era Pérez Reverte, me leí de él La Tabla de Flandes y me gustó.

Lástima que diera también con un texto que tiene, donde describía a una mujer con la que se topó por la calle, y que andaba con sus tacones como una «marmota dominguera», asegurando a continuación que le dieron ganas de sacrificarla de un escopetazo como a un caballo.

Se refiere a otro artículo de Pérez-Reverte donde, recreando un paseo con el también escritor Javier Marías, utiliza una hipérbole para exagerar intencionadamente la desolación que le supuso encontrarse a una mujer con buena planta que no sabía caminar sobre sus tacones.

Sería gracioso si no fuera porque es verdad que hay hombres que matan a escopetazos a sus mujeres. A escopetazos y de formas mucho más crueles.

Él me miró y, automáticamente, me sentí juzgada. Seguro que pensaba que debería sacrificarme por mis andares, pero es que yo ni siquiera quiero usar estos tacones: me obligan.

Una ira contenida me subió desde el estómago. Él se detuvo en el umbral y, abriendo la puerta, se quedó a la espera para que yo pasara.

«Eso es machista», me atreví a decirle. Básicamente porque no puede uno publicar que quiere sacrificar a mujeres a escopetazos por cómo andan y luego cederles el paso como si las quisiera y las respetara. 

Y dice:

Obviamente no estaba cediéndome el paso porque quisiera hacerme la vida más fácil; lo que le motiva a hacerlo es la imagen que se proyecta -a sí mismo- de él abriéndole la puerta a una mujer

Lo curioso es que lo que realmente le ha molestado a ‘Barbijaputa’ es toda esa serie de circunstancias anteriores del día a día de esa mujer corriente y común que protagoniza su artículo de las cuales, se entiende, Pérez-Reverte no debería ser culpable. Él basó su artículo en función de una vivencia personal de un hecho concreto que presenció:

[…] Yo, sin embargo, cuando le llamé machista lo hice por los dos: por usted y por mí; aún tengo la esperanza de que, a base de pequeños revulsivos de este tipo, los hombres hagan autocrítica y dejen de evaluar nuestro físico como si fuéramos ganado, de tocarnos sin que lo pidamos, de copar nuestros espacios, de decirnos cómo vestir y hasta de valorar nuestros andares cuando ustedes no han tenido que subirse a unos tacones en su vida; y tampoco pierdo la esperanza de que, en vez de eso, empiecen por fin a centrarse en qué tipo de sociedad están construyendo con sus acciones y su forma de pensar.