La base de Dulce, en Nuevo México, parece ser el punto de partida de una compleja y siniestra red de bases subterráneas que recorren todo el territorio estadounidense. Los experimentos que se llevan a cabo allí abajo son espeluznantes, desde la manipulación de tecnología hasta la experimentación genética con seres humanos. David Parcerisa lo expone en el siguiente videoprograma.