De manera involuntaria, una actriz no excesivamente conocida llamada Meghan Markle se convirtió en una de las mujeres de quienes más se habla en el mundo. Y es que desde que se supiera que esta californiana de 35 años era la novia del Príncipe Harry, su nombre acumula cientos de miles de búsquedas en Google. Ahora que su relación es oficial, resulta imposible compararla con otra mujer también muy importante en la vida de su pareja y, sobre todo, de su hermano: Kate Middleton.
Es inevitable comparar a las parejas de los dos hermanos, y a Meghan no le queda más remedio que pasar por el que podríamos llamar ‘patrón Middleton’. Kate es la mujer del nieto favorito de Isabel II y ha demostrado en todos estos años reunir todas las cualidades para ser la consorte perfecta de un príncipe y, algún día, futuro rey. ¿Qué diferencia a estas dos mujeres? Hemos intentado encontrar los 7 aspectos que más separan a Meghan y a Kate… y no estamos seguras de haberlos encontrado.
1. Una mujer de origen no royal
Meghan Markle nació en una familia de clase media ameriana. Su padre es director de fotografía de televisión y su madre profesora de yoga. Por su parte, todos conocemos los orígenes de Kate: sus padres de raíces no nobiliarias tienen una exitosa empresa de productos de fiesta que les ha hecho acumular una importante fortuna.
2. Buena presencia en la alfombra roja
Llevamos más de una década comprobando cómo Kate Middleton acierta sobre las alfombras rojas. La Duquesa de Cambridge ha probado con casi todos los diseñadores importantes (Alexander McQueen, Diane Von Fürstenberg, Jenny Packham…) y ha aprobado con notan. Meghan, por su profesión, también ha tenido la suerte de tener acceso a grandes firmas de moda… las mismas que Kate. De hecho, ya han llevado de manera completamente accidental el mismo vestido de encaje de Diane Von Fürstenberg, la primera Meghan en 2012 y en versión mini, y la segunda Kate en 2014 en una gala relacionada con la música, en versión larga. Una de muchas coincidencias, como estamos viendo.
3. Una preciosa melena castaña
Si hay algo característico en la imagen de de Kate Middleton es su imitada melena. Castaña, con una suave ondulación y siempre brillante, suele llevarla suelta aunque a veces luce complicados recogidos con volumen. De nuevo, otra coincidencia con Meghan, que también tiene un estilo capilar muy similar: largo, con cuerpo, a veces ondulado y en ocasiones recogido. ¿Lograremos encontrar alguna diferencia?
4. Ready-to-work
Parte del trabajo de Meghan implica looks más formales pero sin el brillo de la alfombra roja. Un poco como le sucede a Kate Middleton, experta en ese estilo tan pulido en el cual combina firmas de alta gama con otras más asequibles.
5. Siempre dispuesta a participar en una obra benéfica
Por todos es conocida la faceta solidaria de Middleton, parte de su trabajo. Está muy comprometida con temas vinculados a la infancia y a la salud mental, así como medioambientales y para ayudar a los más desfavorecidos. Meghan Markle, aunque todavía no es tan popular como Kate, lleva años vinculada a ONGs y está muy comprometida con causas vinculadas a la infancia y a la igualdad de géneros.
6. Una gran deportista
Kate Middleton practica el tenis, el submarinismo, hockey, cricket… Es una deportista nata. El físico de Meghan Clarke denota que practica deporte de forma habitual (su madre, instructora de yoga, seguro que tiene algo que ver en todo esto). Ha revelado que es fan de los zumos verdes, que sigue un estilo de vida muy saludable y practica habitualmente running, yoga y Pilates.
7. La imagen de la naturalidad
Maquillaje suave y favorecedor que solo destaque las facciones, cabello de aspecto saludable, opta por prendas clásicas que siempre quedan bien y no pasan de moda… ¿De quién hablamos, de Meghan o de Kate?
Después de este análisis informal comparando a Meghan Markle y a Kate Middleton podemos llegar a una conclusión: que la actriz está totalmente preparada para convertirse en princesa. Sí, es fiel seguidora del ‘patrón Middleton’ y cuesta encontrar las diferencias entre una y otra dado que, definitivamente, tienen más en común que cosas que las separan.
