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¿El destino de Cuba era el socialismo?

(Foto Internet)

LA HABANA, Cuba. – No podemos dar por cierto lo que llamamos la fuerza del destino, pero hay algo misterioso en todo eso que regula los acontecimientos futuros. Por ejemplo, el encadenamiento de los sucesos, donde se llega a un fin inevitable e ineludible.

Pongamos por caso a la isla de Cuba y los factores que influyen para pensar que algo erróneo está ocurriendo en su presente, en oposición no solo con su más reciente pasado, sino además, con su pasado más remoto y las circunstancias que envuelven ambos períodos conocidos.

¿Sabías que en Cuba se descubrió una ciudad sumergida de la que el gobierno castrista no quiere hablar? Ocurrió en 2001, hace casi veinte años que un par de científicos canadienses de la empresa Advanced Digital, en colaboración con el gobierno de la Isla, descubrieron en las aguas del occidente cubano, en un área de dos kilómetros y a unos 660 metros de profundidad, los restos de una ciudad, edificaciones llamadas constructos rocosos de un desarrollo centro urbano.

Pese a que la National Geographic y la empresa canadiense dieron a conocer el gran hallazgo en la prensa extranjera, la dictadura de los hermanos Castro lo ha ocultado al pueblo cubano. ¿Razones? Fidel ya no puede responder, pero Raúl y el sucesor Díaz-Canel sí pueden.

Suponemos que los hermanos dictadores se horrorizaron cuando vieron muy de cerca la gran posibilidad de que nuestra isla haya sido parte del continente norteamericano, o sea, que  pertenezcamos a ese continente desde hace miles de años.

Luego tenemos otros sucesos que siguen llamando mucho la atención y que pueden pertenecer a esa cadena de razones, propia de una fuerza inexorable e incontenible del destino.

Fueron España y Estados Unidos quienes tomaron parte del Tratado de París el 10 de diciembre de 1898, donde España renunciaba a la propiedad sobre Cuba y Washington asumía -¿o recuperaba?- los poderes sobre la isla, como si una fuerza misteriosa de la tierra cubana-americana decidiera por sí misma.

Unos años después ocurre lo mismo, cuando precisamente la URSS, en octubre de 1962, toma la decisión de retirar los cohetes nucleares de la isla y logra un arreglo con Washington, como si Cuba fuera la hija menor que carece de voz y voto, opuesta secretamente a los obsesivos propósitos de Fidel Castro de  destruir los Estados Unidos, tal como lo dijo el dictador en Irán pocos  años antes de morir.

Recordemos también el establecimiento de un canal filial entre ambos países y el regreso a EEUU de 1200 prisioneros cubanos después de la invasión de Girón y lo que representa hoy para la Isla un exilio con más de un millón de cubanos.

Otros hechos llaman también la atención. Por ejemplo, que en 1963 Fidel hablara de un modus vivendi para una comunicación con Washington, que se hicieran planes para  conversaciones secretas entre el dictador y Estados Unidos y que décadas después ocurriera lo mismo entre Obama y Raúl Castro.

Una interrogante nos viene a la mente: ¿Será verdad que a Fidel no le agradaba la dependencia de los soviéticos, convertirse en satélite, que en varias ocasiones quiso obtener unas relaciones normales con EEUU, pese a la oposición del Ché  y otros líderes?

Y otra razón contundente: ¿Por qué Estados Unidos no ha logrado liberar a Cuba del fracasado comunismo que tanto daña la vida de once millones de cubanos, con unos simples bombazos contra las  termoeléctricas, lo que paralizaría al país y pondría punto final a su engendro socialista? ¿Es que acaso ha podido más el amor que vibra en lo más profundo de sus tierras, un amor oculto que ni el tiempo, ni el poder de las profundidades de las aguas han podido borrar?

Imaginemos que en vez de subir las aguas, comiencen a bajar al norte de Cuba. Si esto sucede, viajaríamos en bicicleta hasta Miami. ¿Qué les parece?