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El precio de comerciar con el régimen castrista Cubanet

Llega al Puerto Everglades cargamento de carbón vegetal procedente de Cuba a bordo de un barco de Crowley Maritime llamado K-Storm, enero 2017 (powersource.post-gazette.com)

LAS TUNAS, Cuba.-  “Tenemos que garantizar un horno de carbón por mes. Una parva (montón de leña) grande rinde 100 sacos y nos pagan a 60 centavos el kilogramo, el saco viene saliendo a 12 pesos (48 centavos de dólar). Y nos descuentan el tiro (transportación) de leña y el cinco por ciento (impuesto). Se pasa demasiado trabajo para ganar poco”, dijo Rafael Cedeño Hidalgo, carbonero de la Empresa Forestal (estatal) según publicó este 9 de junio el semanario 26 del comité provincial del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Las Tunas.

De las cifras dadas por Cedeño Hidalgo a 26, se desprende que a 60 centavos el kilogramo,  la empresa estatal paga al carbonero 600 pesos por la tonelada de carbón, esto es, 24 dólares. Rafael Cedeño hace su trabajo en un lugar llamado La Carbonera, en el municipio Manatí, en la costa norte de Las Tunas, pero “La Carbonera”, ya puede ser cualquier sitio de Cuba.

Según estimados oficiales, alrededor de un millón de hectáreas cuentan con algún tipo de infestación de marabú en Cuba, invasión que además de encontrarse en los ecosistemas agropecuarios, ya ha comenzado a desplazar a especies aborígenes, incluso, en las llamadas “áreas protegidas” de la Empresa de Flora y Fauna al mando del comandante Guillermo García.

Unas 100 mil hectáreas se encuentran invadidas de marabú sólo en la provincia Las Tunas, donde según estimados oficiales, el 20 por ciento de la superficie cultivable está plagada por los arbustos espinosos. Pero no todo fuera espinas en el marabú si como dice un campesino, “el azadón no tirara para un solo lado.”

En la actualidad el carbón de marabú es uno de los principales rublos exportables, y en Las Tunas, por ejemplo, ya la Empresa Agroforestal consiguió el avalúo de calidad que le permitió un contrato de asociación económica internacional con el grupo canadiense GTC para la producción de carbón vegetal, realizando con el mismo fin un estudio de factibilidad con la firma italiana WLT.

También la Empresa Agroforestal de Las Tunas el pasado enero inició negociaciones con una compañía de Trinidad y Tobago para la producción de biomasa de marabú, informó un directivo de esa entidad a medios oficiales.

Cuba ya ha exportado fundamentalmente a Europa y América del Sur 80 mil toneladas de carbón de marabú a precios que oscilan entre 270 y 300 dólares la tonelada, lo que significan ingresos de entre 21y 24 millones de dólares, en una industria incipiente, donde la materia prima es una planta invasora y la mano de obra barata, cuando no esclava, recuérdese que en Cuba están produciendo carbón presos condenados a “trabajo correccional con internamiento”, un eufemismo para ocultar el trabajo forzado.

Pero no por incipiente el negocio del carbón de marabú va viento en popa y con todo el velamen desplegado; el pasado año, Las Tunas consiguió ingresos superiores al millón de euros por exportaciones de carbón principalmente a Reino Unido y Alemania, y en Camagüey, ni que decir: en 2016 exportaron tres mil 311 toneladas con ingresos superiores a un millón de CUC, y al concluir el primer trimestre de 2017, ya los camagüeyanos habían comercializado dos mil 967 toneladas de las tres mil 906 previstas para este año.

“Al cierre de marzo se habían ingresado 975 mil CUC”, dijo al periódico Juventud Rebelde el pasado 24 de mayo Ángel Almeida, subdirector de la Agricultura en Camagüey.

Mientras que en otros países hay que pagar la leña para hacer el carbón, en Cuba la materia prima esencial, el marabú, crece en los campos. Esto hace posible que Cuba sea el objetivo central de Ibecosol S.L., firma española con medio siglo de experiencia y a través de la cual la Empresa de Flora y Fauna comercializa el carbón, reportó el semanario 26.

El representante de Ibecosol S.L. en Centroamérica y el Caribe Juan Carlos Rodríguez, informó a medios oficiales el pasado diciembre que, una caballería (13.4202 hectáreas) de marabú produce 140 toneladas de carbón para la exportación de primera calidad, cuyo precio es de 330 dólares por tonelada.

Pero el pasado enero, como reportó CubaNet, la Empresa Cubana Exportadora de Alimentos y Productos Varios (Cubaexport), firmó un contrato con la compañía estadounidense Coabana Trading LLc., para la exportación de carbón de marabú a Estados Unidos. El embarque inicial incluyó 20 toneladas de carbón a un precio de 420 dólares la tonelada, “el más alto que hemos logrado,” dijo la directora de Cubaexport Isabel O’ Reilly, reportó Juventud Rebelde.

Cuando fue entrevistado por el semanario 26, el carbonero Rafael Cedeño que trabaja todo un mes para ganar unos 24 dólares, dijo: “Desde que pongo los ojos en la leña pienso en mi familia. No le puedo tener miedo al sol, a los mosquitos, o a las malas noches. Es la comida de mi casa lo que está en juego.”

De visita en la Ciénaga de Zapata el 16 de marzo de 1959, según narra Antonio Núñez Jiménez en su libro En marcha con Fidel, una familia de carboneros invitó a comer a Fidel Castro y su comitiva, “el rancho: tocino, congrí (arroz con frijoles) y papas.” Si ahora el general Raúl Castro llegara de improviso al bohío de Rafael Cedeño a la hora de comer, es posible que no encuentre tocino ni papas, como encontró su hermano Fidel cuando en 1959 llegó a un bohío de carboneros.

Los años 50, es una selección de los reportajes publicados por Oscar Pino Santos entre 1954 y 1958 en la revista Carteles, donde aparece La Ciénaga de Zapata, realidad y leyenda; el reportaje es una descripción de las vicisitudes de los carboneros para sobrevivir en tan inhóspito paraje; cuando el periodista pregunta a un carbonero cuánto obtendrá por 28 sacos de carbón, éste responde: “unos cuarenta y pico de pesos,” que en esa época en Cuba eran equivalentes a la misma cifra de dólares estadounidenses.

Entre los reportajes de la revista Carteles y del semanario 26 han transcurrido 63 años pero el trabajo y la paga del carbonero cubano sigue siendo el mismo, o peor: dos o tres dólares diarios en 1954, cuando el poder adquisitivo de esa moneda superaba muchas veces a su valor real de hoy; y dos, o tres, o cuatro dólares gana el carbonero cubano en 2017, cuando muy poco puede adquirir con ese dinero, y cuando lo que el produce, carbón vegetal, la tonelada en el mercado mundial se cotiza sobre los 300 dólares; a 420 ya la pagaron en Estados Unidos.

¿Qué ha cambiado en Cuba entre 1954 y 2017? Que ahora los carboneros tienen escuelas y hospitales… No es extraño: también los esclavistas tuvieron en Cuba mayorales con látigos para “enseñar” esclavismo, como ahora los castristas cuentan con “profesores” para adoctrinar marxismo; y ¿hospitales?, pues cómo no tenerlos… también los esclavistas tuvieron enfermeros en los barracones, para mantener la dotación de esclavos en plena producción, preciso era mantenerla saludable, como en Cuba hoy tenemos doctores, cuales veterinarios en un establo manteniendo saludable el rebaño.

Nelson Raez, directivo de la Empresa de Flora y Fauna en Las Tunas, el pasado 23 de diciembre dijo a 26 que con el propósito de elevar la calidad de las producciones, “han mejorado las condiciones de vida y de trabajo de los carboneros” proporcionándoles “algunos” medios de protección como “guantes, botas de goma y caretas para cuidar de las vías respiratorias.”

Habría que preguntar a Nelson qué sucederá con la pierna de un carbonero si calzado con botas de gomas mete el pie dentro de un horno, esto, por no preguntar si también dentro de la dieta de los carboneros se incluyen las papas y el tocino.

Cabe preguntarse: les importará en el Reino Unido, Alemania, Italia o cualquier sitio de Europa donde existen leyes laborales de estricto cumplimiento, en qué condiciones los cubanos, muchos de ellos presos, producen el carbón que ellos consumen…

¿No?, entonces… ¡Bienvenidos!

Los deseosos de comerciar con el régimen castrense tienen las puertas de Cuba abiertas de par en par. En esta isla, que sólo no lo es geográficamente, siempre estuvieron los explotadores, el pueblo explotado, y después que se fueron los rusos, sólo faltan ustedes, los comerciantes a quienes los castristas echaron a patadas y ahora cuales masoquistas añoran volver; así, ustedes ayudaran a sustituir el siempre incumplido postulado marxista de distribución que dice: “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo,” por el ciclo infernal esclavista a decir de Albert Sarraut: “El trabajador no come lo suficiente porque no trabaja bastante, y no trabaja bastante porque no come lo suficiente.”

Vengan señores comerciantes, en Cuba los generales esperan por ustedes.