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Ni la constitución se salva de la manipulación histórica

GUANTÁNAMO, Cuba.- Las dificultades que existen en Cuba para acceder a Internet y el alto costo del acceso provocan que muy pocos cubanos la usen para aumentar su nivel cultural.

Carecer de información veraz y de un nivel cultural adecuado vulnera las posibilidades de realización e independencia de los ciudadanos, mucho más en un país donde la prensa está controlada por un partido único.

Ese control de los medios y el escaso acceso que los cubanos aún tenemos a fuentes alternativas de información, son circunstancias favorables para que el partido comunista adoctrine ideológicamente a los ciudadanos y manipule la historia según sus intereses.

Algunos ejemplos de esa manipulación de la historia

Las personas, por muy cultas e inteligentes que sean, o por alto que sea el cargo que ocupan en la sociedad, no son infalibles. Cuando cometen un error en público —y este es amplificado por los medios— estos tienen la obligación moral de enmendarlo para impedir su propagación. Pero eso no es lo que ocurre en Cuba cuando algún dirigente comete un desliz o no dice toda la verdad sobre determinado suceso histórico.

Se ha convertido en un cliché —para defender la supuesta unidad monolítica de la nación cubana, algo que sólo existe en las mentes de los mandantes— afirmar que en Cuba no hay multipartidismo porque José Martí creó un solo partido. Es una idea burda que pretende establecer que el Apóstol era enemigo del multipartidismo y la democracia, una mentira que se comprueba leyendo su obra y las bases del citado partido. Quienes reiteran esa frase obvian que el Partido Revolucionario Cubano fue creado para organizar y dirigir la guerra de independencia y no para imponerse en la república como partido único, por encima de toda la sociedad, como arteramente ha hecho el partido comunista cubano, que se autoproclama continuador de aquél.

Cuando los medios hablan de la historia constitucional cubana mencionan a la Constitución de Guáimaro como la primera Carta Magna cubana y obvian mencionar la elaborada por el Dr. Joaquín Infante y la posterior de Narciso López.

Hace poco circuló en Internet una supuesta afirmación de Silvio Rodríguez —la califico así porque me cuesta creer que el famoso cantautor haya dicho eso— que desmentía que el Movimiento 26 de Julio hubiera puesto bombas en sitios civiles, cuando se sabe que el terrorismo practicado por ese movimiento provocó muchas víctimas inocentes. Ya en el poder, el castrismo exportó el terrorismo revolucionario a diferentes partes del mundo —y lo aplicó y aplica aún en Cuba—, y después del atentado a las Torres Gemelas impugnó toda acción violenta pretendiendo borrar su responsabilidad histórica. Y cuando Obama le tendió un ramo de olivo al castrismo, proponiendo olvidar el pasado para generar una nueva relación, los comunistas, enardecidos, arremetieron contra el presidente afirmando que no se puede olvidar la historia, aunque ellos sí lo hicieron con respecto a su terrorismo, seguramente porque es el “bueno”.

Desde hace varios años se ha impuesto la versión oficial de que Julio Camacho Aguilera fue el líder del levantamiento del 5 de septiembre de 1957 en Cienfuegos y no Dionisio San Román, el oficial de la marina que siempre fue el líder reconocido de la sublevación.

La prensa oficialista jamás menciona que la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) invadió Polonia pocos días después de que lo hicieran los nazis, ni la guerra de agresión de ese país contra Finlandia en 1939, los crímenes de Lenin y Stalin ni el genocidio ejecutado contra Ucrania, cuyos habitantes fueron obligados a entregar todo el trigo para exportarlo a la Alemania nazi. Millones de ucranianos murieron por eso, e incluso enterrados vivos. A quien lo dude lo invito a que vea los documentales publicados después de la caída de la URSS.

Esa prensa oculta que China ha estado envuelta en enfrentamientos bélicos con la antigua URSS, India y Viet Nam por cuestiones territoriales, un diferendo que mantiene con varios países indochinos.

He escuchado a varios estudiantes cubanos afirmar en los medios que a Maurice Bishop, ex primer ministro de la isla de Granada, lo asesinaron las tropas norteamericanas enviadas allí por Ronald Reagan en octubre de 1983, lo cual demuestra cómo estos se hacen eco de la ignorancia y la multiplican cuando les conviene.

Ni la Constitución se salva de la manipulación histórica

En el Proyecto de Constitución se entremezclan las ideas de José Martí con las de Carlos Marx, Federico Engels, Vladimir Lenin y Fidel Castro, una afrenta extraordinaria al pensamiento del Apóstol, quien rechazó las ideas comunistas y era un demócrata convencido.

En el párrafo 10 se potencia a la “generación del centenario del natalicio de Martí”, como la única fuerza que aparentemente luchó contra la dictadura de Batista, obviando mencionar al Directorio Estudiantil Revolucionario, la Organización Auténtica, al Partido Socialista Popular y a la Federación Estudiantil Universitaria.

La misma manipulación se observa en el párrafo 17, donde la Sierra Maestra acapara todo el protagonismo de esa lucha, obviando que las ciudades cubanas fueron las que aportaron la mayor cantidad de víctimas, que también hubo guerrillas en Las Villas y que sucesos como el levantamiento de Cienfuegos y el ataque al Palacio Presidencial resultaron hitos ineludibles en esa lucha.

Se afirma en el párrafo 23 que el anhelo martiano de que “la ley suprema de la República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre” ya ha sido logrado, cuando en Cuba se continúa hostigando, discriminando, reprimiendo y encarcelando a los cubanos que disienten del proyecto impuesto por los comunistas.

Sólo estando bien informados la manipulación histórica del oficialismo dejará de ser eficiente. De ahí la reticencia del castrismo a permitir el libre acceso a Internet, su bloqueo a medios que no resultan de su agrado y la represión que ejecuta contra el periodismo independiente.