Los sobrinos de Maduro, atrapados en una operación de la DEA en Haití (EBove/El Nuevo Herald/Archivo)
MIAMI, Estados Unidos.- Los sobrinos de Nicolás Maduro y Cilia Flores podrían ser condenados el próximo mes a cadena perpetua, tras la introducción de un Informe de Investigación Precondenatoria (PSR) que describe a los acusados como criminales violentos involucrados en más de un asesinato, informa El Nuevo Herald.
La defensa alegó que el reporte copia las mociones presentadas por la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Nueva York, que incluye fotos de cuerpos mutilados como evidencia de que los sobrinos de Cilia Flores y Nicolás Maduro, presidente y primera dama de Venezuela, están implicados en asesinatos. El PSR es normalmente el reporte que ejerce el mayor grado de influencia en la emisión de sentencias federales.
“Nos dirigimos hacia una audiencia de condena con un PSR en el que la sentencia inexplicablemente recomendada por la Oficina de Libertad Condicional —encarcelamiento de por vida para ambos acusados— es extensamente desproporcionada para lo que las evidencias mostraron sobre la verdadera conducta de ofensa”, indicaron los abogados defensores.
Dado que el Gobierno habría fracasado en confiscar narcóticos o demostrar que los acusados los hayan distribuido alguna vez, ni tampoco se presentaron evidencias de que poseían armas o participaron en actos violentos, para los sobrinos de Maduro una “sentencia de cadena perpetua sería exageradamente excesiva e injusta”, afirmaron los abogados.
Los jóvenes podrían ser sentenciados entre el 12 y el 13 de septiembre, tras haber sido hallados culpables por intentar ingresar a territorio estadounidense unos 800 kilos de cocaína.
El informe acusa a los sobrinos de encabezar una operación de narcotráfico, sobornar funcionarios, usar violencia, y de estar involucrados en al menos un asesinato, por lo que el PSR recomienda al juez incrementar “en dos niveles” la condena normalmente prevista para las ofensas cometidas.
Las evidencias incluyen fotografías de cuerpos mutilados que los acusados se trasmitieron entre ellos, acompañados por mensajes de texto. Los cadáveres pertenecerían a personas ejecutadas por incumplimiento del pago de deudas.
La defensa argumenta que las fotos estaban disponibles en las redes sociales, así como que los mensajes de texto eran “crípticos” y no demuestran que los acusados estaban involucrados con los asesinatos. Los abogados señalaron asimismo que “tampoco hay evidencia de que los acusados participaron en cualquier otra muerte. El gobierno no presentó pruebas, ni la corte emitió ningún pronunciamiento, de una conexión casual o de un nexo entre cualquier muerte y la conducta de los acusados”.
La acusación, añade el documento, estaría basada “en una improbable combinación de mensajes de textos escogidos selectivamente y fotos tomadas fuera de contexto. (…) Pero al analizarlas con detenimiento, estos textos y estas fotos ni siquiera se acercan a establecer de manera creíble que los acusados estaban involucrados en cualquier muerte”.
La defensa insistió en que los sobrinos eran empresarios estúpidos que se vieron involucrados en conversaciones sobre operaciones de narcotráfico con informantes de la Agencia Antidroga Estadounidense (DEA), y que no entendían las consecuencias de sus acciones.
