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Un 10 de diciembre de #LutoPorCuba

Damas de Blanco son reprimidas frente a la sede de su organización (Captura de pantalla/Archivo)

LA HABANA, Cuba. – La Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada en Naciones Unidas el 10 de diciembre 1948, fue el resultado de siglos de luchas en todo el mundo y constituye el primer documento que proclama los treinta derechos que corresponden a cada ser humano y el más universal de su tipo.

Desde entonces, los estados miembros de la ONU se comprometieron a trabajar juntos para promover su puesta en práctica. Como resultado, muchos de sus artículos hoy forman parte de constituciones de naciones democráticas. Claro está, una cosa es la teoría y otra muy distinta es la práctica.

Cuba afirma ser una defensora de los DD.HH. y en su Carta Magna reconoció varios de ellos. No obstante, constantemente el régimen miente ante la opinión pública internacional y viola su propia Constitución.

Los dos principales documentos creados por Naciones Unidas como norma común para todos los países fueron: el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Ambos se convirtieron en leyes internacionales en 1976. Ninguno ha sido ratificado por Cuba.

Para demostrar cómo el régimen de La Habana se burla de la Declaración y los pactos o convenciones internacionales, pongamos algunos ejemplos:

Cuba firmó y ratificó la Convención Internacional para la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas. Sin embargo, líderes y activistas de DD.HH. son constantemente secuestrados en la vía pública o en sus viviendas. El artista Luis Manuel Otero Alcántara ha estado desaparecido, en el último año, más de una docena de veces, una de ellas durante tres días. Las Damas de Blanco son detenidas todos los domingos y permanecen desaparecidas incluso por más de 72 horas. José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) fue detenido el primero de octubre del presente año y su familia no supo de él hasta un mes después; actualmente, llevan más de treinta días sin verlo o conocer siquiera de su estado.

Asimismo, el régimen cubano firmó y ratificó la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer. La Federación de Mujeres Cubanas es el principal organismo gubernamental que sirve de pretexto a la dictadura para mostrar al mundo los logros respecto a la emancipación social de la mujer cubana. Sin embargo, cientos de mujeres cubanas han sido violentadas fundamentalmente por su activismo político o por, simplemente, promover el empoderamiento femenino en temas sobre violencia de género.

El 20 de septiembre último, la Red de Mujeres por la Igualdad (RMI), en alianza con otras organizaciones femeninas, iba a desarrollar un taller sobre violencia de género. Un operativo de la Seguridad del Estado cubana impidió la iniciativa. Desde el día anterior, varias de las féminas que participarían fueron impedidas de salir de sus viviendas, arrestadas, interrogadas y amenazadas.

La violencia y el acoso político contra las mujeres ha sido ejercida por el régimen de manera despiadada. La escritora María Elena Cruz Varela, fue torturada, golpeada y apresada en los 90 por liderar el grupo disidente Criterio Alternativo. Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, ha sido igualmente apaleada, secuestrada y amenazada por exigir la libertad de los presos políticos. Marta Beatriz Roque, conocida como la única mujer del Grupo de los 75, activistas y periodistas independientes arrestados en la Primavera del año 2003, ha sido arrestada en varias ocasiones por sus ideas. En 2002 creó la Asamblea para promover la Sociedad Civil en Cuba; por esta y otras iniciativas, este mismo año el Premio de Derechos Humanos de la Academia de Ciencias de New York y fue catalogada por medios de prensa como una mujer líder de la disidencia en Cuba.

Nancy Alfaya y Marthadela Tamayo, Coordinadora y Organizadora, respectivamente, de la RMI (capítulo del Comité Ciudadano por la Integración Racial) han sido secuestradas, intimidadas y sitiadas en sus casas. La periodista independiente Iliana Hernández posee un operativo casi permanente a las afueras de su vivienda. Y a Dayanis Salazar, Secretaria del Partido Autónomo Pinero, se le impidió estudiar en la Universidad por su pertenencia a un partido opositor.

Del mismo modo, Cuba firmó y ratificó la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes. Miles de presos políticos del castrismo, en sus más de 60 años, han denunciado las torturas y tratos inhumanos. Tanto torturas físicas como psicológicas. Entre los más notorios de hallan los Plantados, grupo de prisioneros de conciencia que, a inicios de la década del 60 del pasado siglo, se negaron a aceptar el Plan de Reeducación impuesto por la dictadura comunista. Dicho plan pretendía obligarlos a trabajar y aceptar el adoctrinamiento político a cambio de rebajas en las condenas.

Cientos de activistas y promotores de DD.HH. han sido amenazados, maltratados, interrogados -durante horas y sin presencia de abogados- por la Seguridad del Estado cubana. Pero también sus familias han sido víctimas de los abusos pese a no formar parte de ninguna acción de la disidencia. “Vamos por ti y por tu familia”, es el título de una serie de entrevistas que ha publicado Estado de Sats en los últimos años sobre el tema. Los opositores han revelado el asedio a sus hijos en las escuelas, las amenazas a sus padres y abuelos enfermos, los maltratos psicológicos, las manipulaciones y chantajes. Miles se han visto obligados a marcharse al exilio, y a algunos incluso se les ha impedido luego la entrada a Cuba.

Nelva Ismarays Ortega, esposa de José Daniel Ferrer, luego de la primera visita a su esposo en la cárcel, en Santiago de Cuba, denunció las torturas físicas que se evidenciaban en el cuerpo de su esposo.

Actualmente unos 123 presos de conciencia permanecen en las cárceles del régimen, cumpliendo penas “crueles, inhumanas y degradantes”. Uno de ellos es Ernesto Borges, quien lleva más de veinte años; y el periodista de CubaNet, Roberto Jesús Quiñones, fue condenado a un año de privación de libertad por ejercer su derecho a la libertad de opinión y expresión.

Los activistas de DD.HH. y artistas libres reciben constantes amenazas incluso de muerte, como Rafael Almanza y los integrantes del Partido Autónomo Pinero. Desde ayer más de una veintena permanecen sitiados en sus casas. Las advertencias fueron claras: “Mañana no permitiremos ninguna actividad”.

La libertad de Cuba se halla bajo asedio, el régimen viola sus pactos internacionales sobre DD.HH. y la comunidad internacional, con algunas excepciones, observa impasible. Esos son también cómplices de la dictadura.

Hoy, 10 de diciembre, Día Internacional de los DD.HH. supuestamente constituye una fecha de celebración. Sin embargo, los defensores de esa Declaración nos hemos manifestado de #LutoPorCuba, como en otrora lo hiciera el Apóstol José Martí, y en homenaje a todos aquellos que perecieron luchando por la libertad de Cuba. Un luto para exigir el cese de la impunidad y el respeto a la Declaración Universal de Derechos Humanos.

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