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Carta (imaginaria) de Pablo Iglesias a sus amigos okupas

Pablo Iglesias e Irene Montero en un fotomontaje de LOOK

AD.- Amigo okupa: Gracias a tu voto, Irene y yo hemos podido adquirir la casa de tus sueños. Desde que se hizo pública la noticia, nuestra intimidad ha estado teñida por la ofensiva propaganda de la casta. Igual que con Franco, meterse en política tiene consecuencias. Las de Franco las conocemos, las de ahora son, digamos, de tipo inmobiliario. No se comprende tanto alboroto por una casoplón de algo más de 600.000 euros. Cierto que me cansé de atacar a dirigentes de la derecha que habían adquirido las suyas por idéntico peculio, pero… ¿acaso no nos hemos ganado el derecho a una autoridad moral que la derecha no tendrá nunca?

He tenido que hacer frente al terrible sacrificio de abandonar mi nidito heredado de Vallekas para hallar refugio inmobiliario junto a la carcundia que profana vuestros sueños, en una de las zonas más exclusivas de Madrid. Espero que nuestro sacrificio sea ampliamente valorado por las bases de Podemos. Para comprender mejor la sociedad hiperindividualista y consumista que sufrimos, Irene y yo hemos querido mimetizar nuestra piel con la de aquellos a los que combatimos sin descanso. Queremos comprender, sin necesidad de que nos lo cuenten otros, qué alambicadas razones morales llevan a una persona a vivir en el lujo mientras muchos de nuestros votantes vivaquean de aquí para allá, con lo puesto. También queremos interiorizar la indignación de esos hermanos africanos que ponen rumbo al sueño europeo y a los que se les cierran las puertas de casoplones como el nuestro. Queremos mutarnos en la piel de todas esas alimañas capitalistas que, pudiendo vivir en Vallekas, eligen vivir como califas, debiendo hacer frente a gastos tan insolidarios como el del jardinero, el del encargado del mantenimiento de la piscina, el del vigilante privado o el del servicio doméstico, entre otros.

Interpretad nuestra mudanza a la sierra como un sacrificio al que nos obliga el Sistema. Los aires campestres serán el nutriente de nuestra labor redentora, y si bien es cierto que se nos plantearon opciones como las de Seseña, optamos por la más cercana a vuestros expoliadores. Lo que nos permite además democratizar hasta los aspectos más íntimos de nuestra vida, dando la opción a las bases de que sean confirmantes de nuestra hipoteca.

Desatended a los que nos suponen encantados con el alto nivel de vida que la política nos ha proporcionado. Si la representación de vuestros intereses no pesara tanto en mí, renunciaría encantado al sacrificio de tener que vivir como cualquiera de la casta en pos de mi sueldo mileurista en la universidad pública. Irene y yo querríamos sufrir vuestras penurias, la crispación en las calles, la tensión social en los barrios, la especulación inmobiliaria… pero el acoso de la prensa amarillista nos obliga al exilio en un chalet en la sierra y a permanecer alejados de vosotros, crispados votantes.

Os garantizo sin embargo que mantendremos intacta la dignidad del currito hipotecado y de la pareja proletaria feliz. Por ejemplo, no cediendo a las tentadoras ofertas del “Hola” para mostrar nuestra casa ni escudándonos en unos bebés que ni siquiera han nacido para justificar las contradicciones morales que están siendo perversamente expuestas por la caverna amarilla.

Me despido de vosotros y os exhorto a seguir con vuestros sueños para hacer realidad los de Irene y los míos. Nosotros sí que podemos.